1
El cofre
Nos refugiamos en un grupo de construcciones bajas, que en la antigüedad asumo que fueron escuelas. La humedad impregnada en las paredes de piedra despierta un olor a tierra y musgo, que solo me hace poder ver con mayor claridad el contraste del pasado de hace siete años con la realidad actual de la ciudad maldita.
Dentro encontramos al niño con el que me encontré antes. Maleck me dice que se llama Ferha y él fue quien le dijo que los cazadores me habían llevado hasta su base.
Al verlo, el chico corre hacia nosotros con ojos llorosos, denotando el temor que lo embargó durante nuestra ausencia, temiendo que quizás ninguno de los dos regresaría.
—Entonces lo lograste, niño —exclamo emocionado y le revuelvo el cabello.
—Por mi culpa te atraparon —se disculpa, bajando el rostro—. Te causé problemas y te golpearon.
Le sonrío amablemente.
—No te preocupes. Fue como un paseo. Además, esa experiencia me brindó información muy valiosa. Así que en realidad debo agradecerte.
Al muchacho se le iluminan los ojos.
—Ferha —le dice Maleck, agachándose hasta quedar a su altura—. Necesito hablar con Asare un momento, ¿podrías ir al otro cuarto? Solo serán unos minutos.
—Está bien —asiente y se retira de la habitación.
Maleck se gira para verme. Su expresión es seria y sigue siendo hostil, sé que despuésde la adrenalina del escape, el enojo de la última vez que estuvimos juntos ha vuelto. Quiere respuestas.
Jalo una silla cerca de mí y me siento frente a él. La estancia no es grande, pero hay varias sillas y carpetas regadas, rotas y oxidadas por todo lado. Estamos justo en el centro, yo sentado y el apoyado parcialmente en un escritorio con la madera podrida que aun sigue en pie.
Suelto un prolongado suspiro. Va a ser una larga conversación.
—Dime la verdad, ¿quién eres? ¿Por qué entraste a Calihan? —pregunta sin esperar más.
—No te mentí cuando te dije que todo lo que te había dicho era verdad. Solo... omití algunas cosas —comienzo.
—Es igual a haberme mentido —frunce el ceño y se cruza de brazos.
Sonrío, asintiendo a ello.
—Mi nombre y puesto es real, soy Asare Raegan, inspector de Haven de la facción Enzo. Ahora sé que la conoces por lo que dijiste en el interrogatorio. Sé lo que debes estar pensando y entiendo por qué no quisiste confiar en mí al comienzo cuando te revelé eso. Así que te lo confirmaré, Maleck. No siempre actuamos bajo la ley y no siempre hacemos cosas legales. Eliminamos cabos sueltos, ¿entiendes? Y aquí en Calihan, había uno muy grande.
Él cierra los ojos un momento, tratando de procesar mis palabras. Vuelve a preguntar.
—¿Yo era un cabo suelto? ¿Ibas a matarme?
Hago una ligera mueca. Esto puede que sea más difícil de lo que creí.
—En teoría, no. Solo si tenías el cofre.
Recuerdo las palabras de León. «A toda costa».
—¿Si tenía el cofre? —repite y concluye—: Tú plan era robarlo.
Asiento con la cabeza.
—Tenía que robarlo, aunque eso significara asesinar a quien lo poseía. Era mi trabajo, un recuperador como tú lo entendería. —Él baja la mirada, sabe que es cierto, así funcionan las cosas—. Mi plan inicial era llegar antes del recuperador que habían enviado y apoderarme del cofre. Pero te adelantaste y lo único que pude hacer fue observar desde las sombras cómo lo obtenías y salías del edificio. No había contado con que serías tan rápido.
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Espiral de la muerte | #ONC 2023
Science Fiction✨Dentro de los 7 ganadores del ONC 2023 y también ganador a Mejor Portada✨ El viento susurra en Calihan. En los altos edificios abandonados se forma una espiral, recorre la sombra de lo que era una ciudad, viaja por las pútridas calles y entonces lo...