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Sulli yacía mirando la carta de recomendación, tenía el suficiente dinero para pagar. Sonreía con orgullo, en realidad ella había estado juntando poco a poco el dinero.

—¿Que planeas, cariño?—Dijo el, acariciando la mejilla de su amada.

Está sonrió ante el tacto.

—Cenaremos, yo invitaré—Dijo ella sonriendo con orgullo.

Este la miró con una ceja alzada.

—¿Quieres invitar tú?—Dijo el.

Sulli asintió formando una sonrisa.

—Exacto, yo invitaré... Solo.. —Dijo, pero rápidamente se corrigió—Digo, elije lo que quieras—Dijo ella.

Había elegido aquel restaurante, sólo esperaba que no escogiera algo costoso.

Taemo lo supo descifrar, para ser más obvio porque el pagaría, no dejaría que su prometida pagará.

Eligió el platillo más costoso de la carta haciendo que esta lo mirara con alarma.

—¿Que sucede?—Dijo el.

Sulli negó sonriendo, avergonzada al ver que sólo le alcanzaría para el.

—¿No pedirás?—Dijo el.

Ella carraspeo.

—No tengo hambre, ya comí antes de venir, los antojos me hacen comer de mas—Dijo Sulli, pero su estómago sonó al weber hambre.

Se había acordado, el bebé tenía que alimentarse.

—Pero yo pediré, ya vuelvo—Dijo ella levantándose.

Antes que se fuera el la agarró con delicadeza de la muñeca.

—Cariño, tu solo pierde el tiempo ordenando, yo me encargaré del dinero—Dijo el.

Está lo miro con un leve sonrojo.

Sulli fue a pedir la comida, a los segundos ella volvió con un pequeño papel.

—¿Que es?—Dijo Taemo intrigado al ver a su amada con un papel.

—Es sorpresa —Dijo ella.

Taemo frunció el ceño, sonriendo levemente mientras asentía.

.

.

Cuando ambos habían acabado de comer, dirigiéndose a un hotel ya que era pasada de las once de la noche.

—Deberíamos ir a un hotel económico, gastas mucho—Dijo Sulli, abrazando a su novio.

Está bajo su mirar para así poder mirarla, sonriendo al ver el pequeño puchero en su amada.

—No podría llevarte a los lugares económicos, siempre te llevaré a los lugares costosos. Te lo mereces, cariño—Dijo el, dejando un delicado beso en los labios de Sulli.

Está lo aceptó gustosa, cuando ambos se separaron salieron del auto.
Caminaron hacia el hotel, que por cierto era uno de los más costosos de Corea.

Soltando un suspiro adentrándose, el hotel es muy hermoso, muchas cosas lindas y elegantes.

—Es maravilloso—Decía Sulli viendo impresionada el hotel.

Tenía que admitirlo, no pudo nunca ir a un hotel costoso.

Taemo sonreía al ver a su prometida, esta miraba maravillada el hotel, anonada de tanta elegancia.

—¿Dormiremos aquí?—Decía Sulli con una sonrisa de encanto.

Taemo le dio un corto beso, haciendo que esta sonriera encantada.
Cuando ambos se separaron, su prometido puso una mano en el vientre de su amada.

—Se lo merecen, tu y mi hija o hijo se lo merecen—Dijo el mirándola con ojos brillosos.

Sulli había conseguido un buen partido.

Su prometida se sentó, esperando a que Taemo alquilara la habitación por tan solo unas horas hasta que amanezca o bueno hasta que nos despertemos.

Está volteó cuando un chico se sentó a su lado, esta se sentó un asiento más alejado de él.

Tenía que admitirlo, las personas desconocidas la incomodan.

Pero el se sentó más cerca de ella, esta lo miró con el ceño fruncido. Sus emociones se habían fuertes por estar embarazada.

—¿Que no vez que tu presencia me incomoda?—Dijo ella mirándolo con el ceño fruncido, su puchero de enoio se hizo presente.

Este alzó una ceja, sonriendo levemente.

—Soy Junho—Dijo el.

Está soltó un suspiro agotado.

—Oye, no quiero ser grosera pero tu presencia me incomoda—Dijo Sulli.

Junho bajo la mirada haciendo un leve reverencia.

—Solo dime tu nombre y me iré, linda—Dijo el, guiñando un ojo.

Sulli sintió náuseas al ver el intento de coqueteo en el.

—¿Quieres mi nombre?—Dijo ella mirándolo con seriedad—Vete al carajos, ese es mi nombre. Por cierto, soy una mujer gestante que está esperando a su esposo. Por lo cual, te pido amablemente que te vayas—Dijo ella, lo miró con tranquilidad.

Este soltó un suspiró.

—Eres hermosa, supuse que estabas en una relación, no pensé que estarías casada. Lo intenté, lo lamento—Dijo el.

Ella solo miró a su esposo que yacía con él ceño fruncido viéndolos.

—Mire a ese apuesto hombre, el es mi esposo y es celoso así que retirese—Dijo ella mirándolo con seriedad.

Junho asintió levemente, se levantó así haciendo una reverencia de disculpa.

Después de todo era verdad.

...

Propuesta laboral.      |Tae-Mo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora