SECUESTRADOS (Adam Levine y Tú)

CAPÍTULO 54

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En el departamento de Adam

Sarah veía a Adam sentado en el mueble observando la piola que tenía amarrada en el dedo anular. Él aún la conservaba, no podía dejarla, mientras su corazón aún lata por ________, pero él sabía que estando lejos de ella, ________ no correría peligro. Y aunque le duela, él tenía que estar lejos de su esposa.

-¿Señor?-dijo Sarah a Adam, pero este no la escuchó. Sarah se acercó aún más.- ¿señor?

-Ah disculpa Sarah no te había escuchado, dime qué sucede.

-Es que ya terminé de asear toda la casa y quería saber si desea que le prepare algo para comer- dijo Sarah, su voz se parecía a la de esas mujeres sabias que pasan desapercibidas por las calles del mundo entero.

-No Sarah, estoy bien-dijo Adam triste.

-Señor, con mucho respeto, ¿me permite decirle algo?-dijo la señora.

-Sí, adelante- Adam se acomodó para verla de frente. Ella aún estaba parada, él no le había permitido sentarse.

-Ella vale la pena señor-fue lo único que dijo y Sarah ya se regresaba a la cocina.

-Espera Sarah!-dijo Adam.- ¿por qué lo dices? Siéntate por favor- dijo. La señora sonrió y se sentó.

-Señor, Por favor y Gracias son palabras que no salían de sus labios, y mucho menos conmigo. Y ahora sólo eso escucho de usted. Eso me hace pensar que sea quien sea, ella vale la pena.- dijo Sarah, sentada en el filo del mueble frente a Adam, con sus piernas juntas y sus manos, una encima de otra sobre sus piernas.

-Sí Sarah, ella vale la pena, no sabes cómo me gustaría que la conocieras- Adam empezó a llorar y agachó la cabeza. Como no podía parar de llorar, se tapó la cara.

-Señor, no sienta vergüenza de llorar conmigo, yo no me burlaría de eso- dijo Sarah sonriéndole amablemente a Adam.

-No es eso Sarah, es que me enamoré ¿sabes?, me enamoré como nunca y no puedo estar con ella, sería peligroso. Sería muy difícil de entender si te lo explico.- dijo Adam secando sus lágrimas.

-Yo entiendo señor. Y lo que usted hace es muy valiente y no hace falta que me diga que está enamorado, porque lo sé. Cuando un hombre llora es el indicio de algo importante pasando por su corazón.

-¿crees que estoy haciendo lo correcto?-preguntó Adam

-eso no me pregunte a mí señor, si no a usted mismo. ¿Está haciendo lo correcto? ¿Es usted feliz con esa decisión? ¿Es ella feliz con esa decisión? ¿Podrán vivir tranquilos ambos?.-Sarah era muy sabia, y Adam quedaba sorprendido con todas esas palabras.

-suenas como mi madre- dijo Adam con una sonrisa.-el problema es que no lo sé. Me es difícil responder esas preguntas.

-Ya encontrará las respuestas señor- dijo y Sarah se preparaba para irse.

-espera Sarah, ¿qué más puedo hacer por ella? Pagué para que la atendieran en su casa, pagué para que sus padres vinieran a estar con ella, ¿qué más puedo hacer? Ella está esperando un hijo mío Sarah.

-oh! Esa es una bendición señor, felicitaciones.

-Si lo sé gracias Sarah, el problema es que no puedo estar con ella.

-mmm....no puede estar con ella físicamente, pero puede estar con ella moralmente.- dijo Sarah.

-no entiendo- dijo Adam.

-Pues envíele cartas, explíquele la situación, envíele presentes a ella y a su hijo. ¿Ha visto si les hace falta algo a ellos?

-No...yo en realidad nunca he ido a su departamento- dijo Adam.