Secret 2

Capítulo 14

Primera prueba

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-- Sabe muy bien las reglas señorita, espero que no lo vuelva a hacer, esta vez no le pondré ningún castigo ni le informaré a su profesor, solo porque sé que debe de estar muy ocupada con el torneo, pero espero total compromiso -- me puse muy feliz por ello, era algo por lo que no me debía preocupar al menos --. Y señorita, buena suerte -- al menos McGonagall estaba de buen humor, le agradecí por todo y salí.

No tenía mucha esperanza con eso de los dragones, sinceramente mi pensamiento más predominante era que iba a morir, si verlos de lejos me asustó, no me podía imaginar tenerlos de cerca. Con libro en mano y sin importar que estuviese a mitad de clase, me pegaba en la cabeza con este

-- Le puedo asegurar que así no le va a entrar la información -- paré para ver al profesor Lupin -- le aconsejo que leerlo es más práctico -- todos empezaron a reír y yo apenada agaché mi cabeza

-- Perdón -- bajé el libro y me acosté en la mesa, no tenía muchas ganas de mirarlo.

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Cho aún no me hablaba, le intenté explicar muchas veces que yo no había puesto el papel, me decía que era una mentirosa y que la ponía muy triste el hecho de que yo no le hubiese dicho nada, a mí me ponía más triste que ella pensara eso, me estaba esforzando y lo único que recibía era desprecio, ya la prueba era el día siguiente y para nada me sentía preparada; no quería llegar a la sala todavía, prefería seguir lanzando piedras al río, tal vez si no llegaba, todo se resolvería, mierda... mierda, esa no era la solución. Decidí recostarme en el frío césped y quedarme un rato más ahí, al menos sentía un poco de paz, al menos ahí no había nadie que podía juzgarme, solo era yo.

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No había dormido muy bien, además mis nervios estaban al mil, mi pierna no se dejaba de mover y miraba a todos lados preocupada.

-- Me alegra no ser la única mujer -- una hermosa Fleur se sentó a mi lado -- todo estará bien, yo también estoy nerviosa -- me hablaba con su característico acento; tomó mis manos y las aprisionó con las suyas, sin duda me hizo sentir mucho mejor

-- Gracias, te deseo mucha suerte -- le sonreí y me deseó lo mismo.

Dumbledore y Crouch ya habían llegado e hicieron que todos nos pusiéramos en un tipo de círculo y así elegir cuál dragón nos correspondería, tristemente y como si no fuese suficiente participar en contra de mi voluntad, me había tocado el Hocicorto Sueco, también llegando a la conclusión que por el número que tenía este, era la primera en salir; bien, debía de demostrar que era capaz, no me agradaba la idea de ser la primera, pero debía de tener valentía

-- Mucha suerte -- finalizó Dumbledore.

Intenté caminar lo más despacio que pude, no tenía ganas de llegar a mi muerte, cuando visualicé el gran terreno rocoso en el cuál sigilosamente debía de esconderme, no me agradó del todo, pero después de respirar hondo y sacar mi varita, salí; inspeccione todo mi al rededor en busca de tal tormentoso dragón, cuando lo vi, tuve que agacharme con rapidez ya que este me esperaba con una gran cola a mi dirección, por suerte solo un raspón fue lo que recibí, corrí e intenté esconderme lo más que pude, ya que debía de ingeniar un plan para poder atrapar ese huevo dorado, pensé y lo único que se me ocurrió fue distraerlo, no sabía si iba a funcionar, no obstante, era mi única idea, con mi varita aún escondida lancé el hechizo Accio para que llegaran a mí hojas de papel, todo los presentes miraban confundidos y otros opinaban que era una ridícula, cuando aparecieron, unas diez hojas; después de haber corrido por todo el terreno intentando esconderme en un lugar alejado, agradecí cuando lo encontré y cuando las cadenas de este no lo dejaban llegar hasta mi lugar, estar corriendo e idear esto, parecía una tormenta; cada hoja la convertí en un dragón, para luego dirigirlos hacia el monstruoso animal que tenía en frente, estaba funcionando, se volteó y les estaba prendiendo fuego, por eso, no dude ni un segundo y fui por el huevo, cuando lo atrapé fue un alivio de inmediato, estaba realmente feliz, pero ya no habían más dragones de origami, y el dragón me veía furioso, por suerte los encargados se ocuparon de este y yo con un simple rasguño en la cara y quizás un leve doblón en mi tobillo, salí.

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Llegué a la carpa donde estaba al principio, abrazando el huevo dorado y con un pie cojeando, Harry fue el primer en dirigirse hacia mí, me dio leves golpes de consolación y me sonrió por mi gran triunfo, Fleur me abrazó y me felicitó, por último, Krum solo me miró y asintió con la cabeza. Lo que pasó después de que yo saliera, es totalmente incierto para mí ya que debía dirigirme a la enfermería a que Madame Pomfrey mirara mi situación, solo me quedaba esperar buenas noticias sobre Harry.

-- El raspón de la cara no es grave, ya el tobillo, te tendrás que aguantar el dolor hasta mañana, ve a descansar y no camines mucho -- le agradecí y con mucha lentitud me fui a mi sala, aprovechando que nadie había regresado aún. Mi cama se sentía como nubes, tan acogedora y suave; el huevo lo tenía aún a mi lado, por eso me quedé dormida abrazando a este.

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Cuando me levanté, ya era de noche y tenía mucha hambre, recordé que en baúl había guardado algunos snacks, sin embargo, haría mucho ruido, por ello tomé todo lo que iba a comer y salí de la sala, me dirigí a las escaleras más cercanas y que tuviesen una ventana para no estar completamente a oscuras, cuando me acomodé en el borde de esta empecé a abrir unas papas que simultáneamente empecé a comer, pensé que en la prueba de hoy solo había tenido suerte y que seguramente las dos que restaban iban a ser realmente difíciles; cuando terminé de comer y lo único que quedaba era basura era tiempo de volver

-- Sabes que está prohibido rondar por los pasillos a estas horas... 

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