Llevo un par de días sin ver a mi musa, ya no me quedan más uñas por morder, si jalo más de mi cabello hay más posibilidades de que en un ataque de ansiedad termine cortándolo o incluso rapándome. Usualmente es Vegetta quien me visita, su adorable voz hace eco en la construcción de dragón, sus manos siempre están llenas con regalos. ¿No quiere verme?... no, imposible, seguramente solo está ocupado.
Entendía que como constructores algo que teníamos en común era nuestro amor por crear, ¿y si empezó una construcción y esta tan enfocado en ello que no ha comido o dormido?... ahora tenía la imagen mental de un Vegetta agotado, con ojeras y mareado por saltarse comidas. Debía ir, llevarle algo de comer, si podía incluso pedirle instrucciones para ayudarle en su construcción. Pero... ¿y si no está construyendo y solo no quiere verme por lo que pasó la última vez?
Dios, esto es tortura pura. No quiero ir e imponer mi presencia porque no sé si seré una molestia, pero la angustia me carcome vivo, y no creo poder pasar un solo día más sin saber si él está bien.
Sin pensarlo más tome una mochila metiendo diversas cosas que necesitaría para ayudarlo, tome mi bicicleta decidido a no mirar hacia atrás.
En el trayecto me di cuenta de algo, nuestras casas no están tan cerca como yo creía. Es decir, si sabía que no estaban a dos bloques de distancia, pero sin duda era mucho más lejos de lo que esperaba.
Sin considerar que yo iba mucho más rápido debido a la bicicleta que Vegetta me había dado, ir a pie debe ser una... pesadilla. Sentí como si un balde de agua fría cayera sobre mi. Siempre me digo a mí mismo que trataré a Vegetta mejor que nadie, que seré gentil y esperaré hasta que él esté listo para abrirme su corazón. Pero es Vegetta quien activamente ha estado esforzándose para que formáramos una conexión, él recorría esta distancia ida y vuelta solo para darme un regalo. Tenia que recompensárselo, lo haría, yo lo visitaría tan a menudo que las llantas de mi bicicleta empezarían a dejar un camino marcado entre nuestras casas.
Deje de pensar en cuanto llegue a mi destino, mi respiración era agitada y estaba sudando un poco. Nervioso intenté arreglar mi apariencia lo mejor que pude, cuando estaba apunto de tocar la puerta, escuché voces que se aproximaban a la entrada. "Luzu me cago en tus muertos, que me dejes trabajar muchacho" la voz de Vegetta fue apenas audible, pero conforme avanzaban yo podía escuchar mejor. Luzu respondió "¿y si todos en realidad no existimos y-?" Vegetta lo interrumpió "pero vamos a ver, luzu ¿que te metiste?".
Escuché a Luzu empezar a decir números dígito por dígito, fruncí el ceño extrañado. Dirigí mi atención al muro dándome cuenta que era fácil de trepar, sin mucho esfuerzo lo hice asomando mi cabeza para poder ver la escena. "Luzu, si necesitas ayuda dame una señal" habló Vegetta mientras sus manos se colocaban en los hombros del chico castaño.
Lo siguiente fue lo más extraño que el semi Dios ha visto, y eso que ya lleva un par de años de ver cosas fuera de lo normal. El chico castaño empezó a hacer movimientos con simulación robótica, uno de sus brazos incluso daba la impresión que se iba a desprender en cualquier segundo. "¡pero vamos a ver, hijo mío! Luzu que necesito terminar mi casa y no puedo si-" Vegetta parecía furioso, el chico lo interrumpió empezando a decir los números de nuevo esta vez en un tono más alto.
Foolish fue testigo de cómo vegetta saco una espalda y con el mismo rostro que le daba tanta ternura atacó a su amigo dejándolo en el suelo sin siquiera parpadear o dudar por un segundo.
Uh?
También fue testigo de cómo el mismo vegetta le ayudó a levantarse para después decir algo que él no entendió y darle un abrazo, más largo de lo que le hubiese gustado. La situación en sí no pintaba nada bien. Vegetta se veía molesto, el chico ese hacía movimientos extraños y no paraba de decir números... y por más que Foolish no entendiera casi nada de lo que decían por su dificultad con el español, lo que más le preocupaba era lo cercanos que se veían.
No... no bueno
El cielo empezaba a nublarse, nubes tan grises como el concreto al que me aferraba casi creando grietas en el.
El chico de cabello castaño empezó a actuar normal, sacó un pico de su mochila entregándoselo a Vegetta, y al ver como este festejaba mi sangre empezó a hervir con más intensidad. Después de esta visita el iría en busca de un pico, y se aseguraría que fuese un pico tan bueno que opacaría el que Vegetta recibió previamente. Pero por ahora, tenía algo más que hacer. Regresó a su casa tan rápido como pudo, empezó a trabajar y cuando tenía todo listo regresó a la casa de Vegetta. Estaba sudando, su respiración era errática, sus mejillas rojas por el cansancio y nervios.
Toco la campana y en cuanto Vegetta abrió, lo primero que salió de sus labios no fue 'hola', si no "I have a present for you". La satisfacción que esa oración le dio lo hizo entender porque Vegetta daba regalos. Aún intentando recuperar el aliento, sacó un trozo de madera rectangular de su mochila, tenía la palabra 'Dragon' tallada, las letras brillando con una luz morada. "Now you can teleport to my house" él mensaje era claro, ahora que Vegetta solo tendría que usar esta herramienta para visitarlo, podía tocarlo ir por unos minutos y regresar, todo sin sudar una sola gota.
Vegetta tomó el regalo con cuidado, lo observó con una sonrisa encantada "Thank you" su voz era tan dulce que hizo que todo valiera la pena. Foolish ya se sentía en las nubes, pero cuando Vegetta depositó un beso en su mejilla, fue como si ahora estuviera por encima de la galaxia.
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FanfictionPara ganar amor debes ser gentil, Foolish lo entendió a la perfección cuando conoció a Vegetta. El amante del morado se volvería la musa del semi Dios, su inspiración y la motivación misma de ser tan dulce como nunca. Créditos de la portada a: @pa...
