𝐂𝐀𝐏𝐢̀𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐃𝐈𝐄𝐂𝐈𝐒𝐄𝐈𝐒

5K 331 91
                                    

Quejándome me eché para atrás cayendo así boca arriba a la cama junto con mi calentita manta que volvía a envolver mi cuerpo poniéndomelo calentito de nuevo, mientras podía escuchar los quejidos de mi tío Sanzu que me estaba buscando en mis cajone...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Quejándome me eché para atrás cayendo así boca arriba a la cama junto con mi calentita manta que volvía a envolver mi cuerpo poniéndomelo calentito de nuevo, mientras podía escuchar los quejidos de mi tío Sanzu que me estaba buscando en mis cajones la ropa que me pondría para ya poder irnos a Estados Unidos.

De reojo lo volteé a ver dándome cuenta que tanto la parte de arriba como la parte de abajo y el calzado ya estaban listos. Lo admito, el tío Sanzu si que tiene un buen sentido para la moda. Me había buscado una remera mangas largas de color bordó y unos vaqueros de los ajustados color rojo medio naranja? Para por último conformarlo con mis botas negras favoritas.

Acción seguida de él fue rebuscar en mi placar abriendo la puerta derecha del mismo en busca de encontrar un saco que conmbinara con lo que me había elegido entre todos aquellos que tenía. Al final terminó eligiendo uno de color blanco.

Y ya, para terminar rebuscó en mis cajones sacando del primer cajón dos de mis bragas, una de color negro y otra de color rojo que me estaba mostrando esperando como una opinión por mi parte, pero al ver que no contestaba y solamente me sonrojaba a más no poder preguntó.

-¿Cuál? ¿La negra- La mostró. -O la roja?.- Mostró ahora esta otra. -Aunque yo diría que te sentaría más la roja, ¿que dices tú?.-

Por mi parte agarré la almohada y se la arrojé a la cara. Un tiro perfecto sin duda.

-¡Oye!.- Me quejé ya que el me devolvió ese almohadazo que yo le dí hace ya segundos antes.

-Una vez más que hagas una de tus estupideces y te juro que me voy y dejo que te eligas tú la ropa.- Volvió su vista a mis bragas y después me miró. Otra vez. -Entonces, la roja, no?.-

-¡¡Tío Sanzu!!.- Le grité.

-La roja. Entendido.-

Sonrió dejando la misma arriba de la cama en donde se encontraba la otra ropa para después guardar la negra de vuelta en el cajón y voltear a verme y volver a preguntar.

-¿Brasier blanco o negro?.-

-¡¡Tío!!-

[-]

Ya me encontraba cambiada por lo que abrí la puerta de mi habitación para que mi tío Sanzu entrara nuevamente y me ayudara a peinarme.

-¡Duele! ¡con más cuidado! ¡ay!.- Me quejaba por cada tirón que mi tío me daba en mi cabello cuando pasaba el peine por el mismo sin ningún tipo de cuidado. -¡Si sigue así me va a dejar calva!.- Le grité.

-¡Y tu para que me haces hacerte dos putas coletas de los lados como la chilindrina sabiendo que no se hacer estas tipos de cosas!?.- Me dió un último tirón para nada delicado haciendo que mi cabeza se fuera para atrás.

Obviamente me quejé.

-Bueno ya no te quejes, ya terminé.-

𝐀 𝐓𝐔𝐒 𝐃𝐈𝐄𝐂𝐈𝐎𝐂𝐇𝐎. | 𝐑𝐀𝐍 𝐇𝐀𝐈𝐓𝐀𝐍𝐈. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora