Estoy contigo

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Las lágrimas de Spencer comenzaron a brotar de sus hermosos ojos como si fuesen dos pequeños riachuelos humedeciendo sus mejillas.
-Spencer cuéntamelo- dije tomando sus manos sin levantarme -por favor no quiero que estés así-
-Ayer fui al doctor- dijo sollozando -a ver los resultados de la semana pasada-
-Cielo- dije suspirando -¿Qué ocurrió?-
-La esquizofrenia- dijo llorando más -tengo un 60%% de probabilidades de sufrirla y cada vez va a peor-
-Spencer mírame- dije tomando sus mejillas entre mis manos -todo va a salir bien. Yo estaré contigo en todo momento si quieres-
-No- dijo sollozando -no quiero hacerte daño-
-Shhhh- dije abrazándole dejando que hundiera su rostro en mi hombro mientras lloraba -no lo harás Spencer. Tranquilo, no te abandonaré-

Tras un rato de llanto, Spencer se calmó.
Sus ojos estaban hinchados por las lágrimas derramadas y su respiración estaba algo entrecortada.
-Gracias (T/N)______- dijo él -tenía que contárselo a alguien y desahogarme-
-Lo sé- dije acariciando sus rizos -siempre me tendrás para escucharte y animarte ¿Vale? no debes ocultarme nada-
-Está bien- sonrió y me estrechó entre sus brazos -te quiero-
-Y yo a ti- dije besando su mejilla -anda ve a darte una ducha de agua fría para bajar la inflamación de esos ojos tan hermosos que tienes-
-Vale- dijo con una risilla camino del baño.

Escuchar como Spencer me había dicho te quiero me hacía sentir un cosquilleo en mi estómago y provocaba una sonrisa tontorrona en mi rostro.
Solo éramos amigos y no pasaría de ahí, pero no podía evitar hacerlo cada vez que me lo decía.
Mi teléfono comenzó a sonar y vi que era mi padre quien llamaba.
-¿Diga?- dije agarrando el móvil.
-Hola cielo- dijo mi padre -feliz cumpleaños-
-Gracias papá- dije comenzando a llorar.
-Reina ¿Qué pasa?- dijo él.
-Creí que no te acordarías- dije secándome las lágrimas pero me seguían cayendo.
-Por supuesto que me acuerdo- dijo él -mamá me lo recordó-
-¿Está por ahí?- dije -quiero hablar con ella-
-Claro te la paso- dijo él dándoselo.
-Felicidades princesa- dijo ella.
-Gracias- dije quitándome las lagrimillas -¿Cómo está papá?-
-Con la medicación nueva parece que va mejorando tesoro- dijo ella -no te preocupes-
-No puedo mamá- dije -Charlie está en Alemania y vosotros estáis ahí solos. Por cierto ¿Sabes algo de él?-
-Si- dijo ella -anoche llamó y dijo que tendría un reunión hasta tarde. Lo más probables es que te llame cuando llegue a casa-
-Os echo de menos- dije.
-Y nosotros a ti- dijo ella -tengo que colgar es hora de ir con tu padre a la rehabilitación-
-Vale- dije sonriendo -os quiero-

Colgué el teléfono y sollocé suavemente dejando caer mis lágrimas.
De pronto una mano se posó sobre mi hombro haciendo que me las quitase lo más rápido que pude.
Me giré y vi a Spencer con el cabello mojado y un albornoz blanco cubriendo su cuerpo.
-¿Pasó algo malo?- dijo él.
-No- dije -es que tengo algo de morriña-
-¿Es por tu padre verdad?- dijo él -¿Qué le ocurre?-
-No es un tema del que me guste hablar Spencer- dije suspirando.
-Venga cuéntamelo- dijo él sentándose a mi lado.
-Tiene Alzheimer- dije notando como las lágrimas inundaban mis ojos -se lo diagnosticaron hace 4 años-
-Lo siento mucho- dijo él -pero seguro que encuentran algún modo de curarle-
-No sabes lo duro que es Spencer- dije apoyando mi cabeza en su hombro para llorar -ver como alguien de tu familia no te reconoce en algunas ocasiones, como si fueses un completo extraño para él... es algo que no deseo a nadie-
-Tranquila- dijo Spencer besando mi cabello -estoy contigo ¿vale?-
-Gracias- dije abrazándole -voy a lavarme la cara mientras te vistes para ir a las escena ¿De acuerdo?-
-Perfecto- dijo él.

Cuando estuvimos preparados nos dirigimos a la casa de Kevin.
Era un pequeña casa en el centro del pueblo con un pequeño jardín y cuya puerta principal había sido forzada.
Al entrar había un enorme recibidor con las paredes blancas y unas escaleras que subían a la planta superior.
Subimos a la habitación del chico intentado encontrar alguna pista.
-Mira Spencer- dije poniéndome los guantes agarrando un pequeño bate de beisbol del suelo -¿La victima no tenía una contusión en el cráneo?-
-Si- dijo Reid -parece que le golpearon con esto para noquearle-
-El sudes entra forzando la puerta- dije -sube para buscar a la víctima...-
-Agarra el bate- dijo él -y como está de espaldas no se resistió cuando le golpeó-
-Si- dije sonriendo -¿Pero como no pudo oír que se abría la puerta?-
-Creo que esto lo explica- dijo Reid agarrando un Ipod con la pantalla rota del suelo.
-Spencer...- dije -este es el movil de la víctima-
-Tal vez haya estado en contacto con el sudes- dijo él.
-No lo sé- dije -y hay algo raro aquí. Hau un trozo de uña entre las teclas de color rojo-
-Tal vez- dijo Spencer -el sudes intentó deshacerse de cualquier rastro. Llamaré a García para que registre las llamadas y los mensajes-

Estábamos de camino a la oficina cuando Spencer llamó a García.
-Hola mis queridos azucarillos- dijo ella -¿Qué queréis de mi?-
-García - dijo Reid - ¿Puedes registrar el número de la víctima para ver si ha recibido muchas llamadas o mensajes amenazantes?-
-Claro que si guaperas- dijo ella -eso es pan comido-
-gracias linda- dije.
-Haber- dijo ella -según esto recibió un montón de llamadas de un número desconocido la noche antes de su secuestro. HE buscado bien para intentar averiguarlo y me sale el nombre de Amanda Kane-
-¿Quién es?- preguntó Spencer.
-Es una mujer de unos 32 años- dijo ella -tiene una orden de alejamiento de su marido por intento de asesinato...-
-Encaja dentro del perfil- dije.
-Garcia- dijo Spencer -revisa todos los datos y envialos a Hotch-
-Hecho- dijo ella -disfrutad chicos-

Spencer colgó y fuimos a la comisaría como alma que lleva el diablo para darle lo que habíamos averiguado a Hotch.
Todo el equipo estaba allí cuando entramos en la oficina.

Enamorada de un Genio (Spencer Reid y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora