Don't be afraid║Kaisoo ║EXO Fest: Jekyll

Don't be afraid

–¿Sabes cómo llegamos aquí?– preguntó Kyungsoo, intentando respirar por la boca, porque su nariz se había taponado después de sollozar por un largo momento.

–No tengo idea– respondió secamente. –Por alguna razón estoy condenado a esto una y otra vez.

–¿A qué?

–A recordar. Es un peso que no quiero cargar y que ha estado conmigo por demasiado tiempo ya.

–Jongin...

–No uses ese nombre conmigo. Yo no soy Kim Jongin y tampoco quiero serlo.

–Escucha. Si es verdad que estás atrapado como yo... Si de verdad eras una víctima como yo, y si de verdad todo esto que parece una pesadilla espantosa es cierto... podríamos apoyarnos. Podemos ser un equipo y así no estar solos en esto. ¿No lo crees?

–¿Ahora confías en mí? Pensé que era un idiota mal nacido que se iba a pudrir en la cárcel por retenerte aquí. ¿Cuántos años eran, quince?

–Estaba muy asustado, no sé si lamentarlo. Tampoco sé si puedo confiar en ti... pero te conozco. Es decir, creo que te conozco. Hay algo en mis recuerdos que me dice que he vivido muchas cosas contigo y que debería confiar en ti. Pero si todo eso es robado y no eres la persona de mis recuerdos, tampoco tengo muchas opciones. Si voy a morir... prefiero que sea en las manos de alguien y no de algo que no entiendo y no puedo ver.

–Es espeluznante lo que dices. Morir en manos de alguien que confías suena como una peor pesadilla que algo que no entiendes o que no puedes ver. Por lo menos eso no traicionó tu confianza.

–No me ayudas, Jongin.

–Deja de llamarme así. Una vez más y te voy a dar muy buenas razones para asustarte.

Un ligero temblor sacudió el cuerpo entero de Kyungsoo. Aquella era una amenaza real, su acompañante no intentaba hacerse el interesante o algo parecido. Parecía totalmente dispuesto a hacerle daño y arriesgarse no parecía una buena idea.

–No sé tu verdadero nombre. No sé ni el mío, en realidad.

–No tenemos nombres. Tenemos números. Aquí no somos más que experimentos fallidos.

Kyungsoo miró el cuello alto de su acompañante. Un 88 en letras negras se destacaba entre la percudida tela que en algún momento debió ser blanca. Tocó su propia ropa, aún sabiendo que sería imposible para él poder averiguar cuál era su identificación.

–Doce– dijo el otro muchacho adivinando sus pensamientos. –De alguna manera nos representa.

–No quiero ser un número– la voz de Kyungsoo se cortó a media frase y eso le hizo sentirse increíblemente patético.

–¿Quieres otro nombre? ¿Uno de mejores tiempos?

–Sí...

–Tú eres D.O y yo soy Kai. ¿Eso te gusta? ¿Te sentirías más cómodo así?

–Creo que ayuda... es mejor que ser una cifra– el muchacho bufó fastidiando. –Toda esta situación en sí misma es absurda.

–Dime una cosa– pidió Kai con un evidente cambio en su tono de voz, lenguaje corporal y espíritu. –¿Te resulto atractivo?

D.O abrió la boca sin dejar salir ni el más pequeño sonido. Después de un momento se tapó la boca con una mato por la impresión. Pequeñas, pero muy poderosas, se acomularon en su mente las imágenes de Kai mordiendo su labio, sonriendo encantadoramente, guiñando un ojo, mordiendo uno de sus dedos despreocupadamente, lamiendo un dulce, peinando su cabello a un lado se colaron en su cabeza y nublaron su vista por unos instantes. No fue capaz de responder honestamente.

–¿Por qué me preguntarías algo así?

–Sabes perfectamente a lo que me refiero– insistió el chico y se acercó un poco más a él. –Hemos estado juntos en tantas ocasiones, de formas tan diferentes y con tantos grados de intensidad que.. lo único que se me ocurre es que estemos realmente destinados a estar juntos. Tengo en este momento mucho odio y mucha ira acumulada. Tengo el impulso de destrozar este lugar y a cualquiera que se interponga en mi camino. Y, aún así, quiero protegerte así me cueste la vida. ¿Lo comprendes? ¿Te sientes de la misma manera?

–Jong... Kai... Eso, de alguna forma, fue muy profundo. Estoy impresionado y no sé cómo responder.

–Es extraño. Seguramente el idiota debió haber escuchado esto en una canción o leído en un libro. No creo que sea capaz de pensarlo por su cuenta.

–¿El idiota?

–Kim Jongin. Ese idiota.

–Sabes que eres esencialmente él, ¿verdad?– D.O no pudo evitar esbozar una sonrisa.

–Por eso me fastidia. Debería ser el original, no me gusta la idea de ser una copia del montón. Pero eso no importa, ¿te resulto o no te resulto atractivo?

–Esto no tiene sentido.

–Responde.

–Sí... –murmuró finalmente.

–Destrocemos este lugar– la sonrisa perversa de Kai tensó y atrajo al joven clon al mismo tiempo.–Si tienes los poderes del original... despedacemos todo a nuestro paso y larguémonos de aquí.

–¿De qué demonios estás hablando? No tenemos ni idea de dónde estamos. ¿A dónde iremos?

Kai se puso de pie, sonrió de nuevo con esa imagen malévola que había adquirido tan solo unos momentos antes y le extendió la mano. Parecía dispuesto a salirse con la suya a como diera lugar. D.O lo dudó un momento, pero terminó por recibir la ayuda para incorporarse también.

–No tengas miedo