Capítulo 4

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<<Estoy deseando que despiertes y veas todo lo que te he hecho, inconsciente>>

Hannibal mira a Will mientras duerme, tras disociarse horas atrás mientras follaban. El día ya apunta en el horizonte.

<<Esa encefalitis tuya es un regalo para mí. Agente Graham, la de cosas que te voy a hacer y jamás recordarás>>

Hannibal sonríe. Está apunto de volver a utilizar a Will a su antojo, como un objeto, pero se le ocurre algo mejor.

Se levanta, entra en el baño y cuando sale lleva en sus manos un kit de extracción de sangre. Se coloca los guantes, anuda el compresor elástico en su antebrazo, bien fuerte, remarcando las venas de Will. Y, con una precisión quirúrgica, saca varios botes de sangre. Cuando Will despierte se encontrará débil, algo que Hannibal puede explicar perfectamente.

Baja hasta la cocina y deposita en la nevera, a buen recaudo, los botes con la preciada sangre de su adorado Will.

<<Una salsa Roja de tomate. O de vino tinto. O remolacha. Las posibilidades son infinitas, cosa inválida, y te va a encantar probarte>>

Cuando entra en la habitación, Will parpadea lentamente, mirando hacia Hannibal.

- Agente Graham - sonríe. Will, por fin despiertas.

Will se frota los ojos.

- ¿Qué...? ¿Dónde estoy? - gira la cabeza, reconociendo el lugar. Tu habitación, Hannibal.

- ¿Qué es lo último que recuerdas, Will?

- A ti.. a mí... estábamos... - Will traga, tiene la boca seca.

- Lo estábamos, ciertamente. No sabía que tenías tan poco aguante. Te has desmayado cuando follabamos. Los franceses lo llaman la muerte dulce. Una de las causas es el estrés, Will - levanta una ceja.

- Lo... siento.... es el maldito Destripador de Chesapeake... me siento... agotado...

- ¿A qué te refiere? - le pregunta Hannibal.

- A que para... atraparlo he de... pensar como él, sentir como él... a veces olvido quien soy.

- Yo lo recordaré por ti, si me lo permites - Hannibal se sienta en la cama y toca la frente de Will. O tienes fiebre o todavía te dura el calor del orgasmo - le guiña un ojo.

- No recuerdo ningún orgasmo.

- Créeme, lo hubo. Por lo menos yo.

Levanta la sábana que cubre a Will, señalando con la mirada su pecho manchado con el sēmen reseco de Hannibal.

- Me has... utilizado.

- Todos los agujeros que sirven para tal función, sí. Has sido - se relame - todo un descubrimiento.

- Eres.... - Will empieza a ponerse rojo, no sabe si por la fiebre, por el enfado... o porque me excita sobremanera saberse usado a tal punto.

- ¿Qué soy?

Will pasa la mano por su pecho, frotandolo, quitando los restos de Hannibal con sus dedos. Y los lame mirándole, sin apartar la vista de Hannibal.

- Pervertido. ¿No te sacias nunca, cosa sucia?

Saca los dedos de su boca y los coloca en la de Hannibal, introduciendolos y sacandolos emulando el acto sēxual en sí. Y justo cuando Hannibal tiene su mano sobre la polla de Will, medio erecta, éste rompe el clímax levantándose de la cama.

- Me voy - se tambalea un poco. Tengo que... Jack, el Destripador...

- No estás en condiciones. Debes descansar.

- Quedándome aquí no voy a descansar, Hannibal. Bien lo sabes.

- Liberar oxitocina es bueno para la salud, y durante el sexo se liberan. Hay estudios que dicen que te ata a tu pareja.

- Yo no soy tu pareja, ni quiero serlo. Lo siento, pero no busco un compañero.

- Ni que tuvieses elección, Will.

Se levanta al baño, en su bolsillo escondida una jeringuilla. Mientras Will se viste, de espaldas a él, aprovecha y se coloca detrás besandole el cuello.

- ¿Qué...? Hannibal... no puedo... he de irme.

- No - susurra en su oído. Tú no te vas a ninguna parte.

Le inyecta el contenido de la jeringuilla. Will se gira, queriendo golpearle, y sus rodillas se doblan. Hannibal lo sujeta entre sus brazos antes de que caiga al suelo. Lo coloca de nuevo en la cama, lo desviste, toma el bote de lubricante e imagina todo lo que le va a hacer en unos momentos.

- ¿Agente Crawford? - dice, hablando por teléfono. Usted no me conoce, pero tenemos un nexo común. Sí, Will Graham. Quería hablarle de él.

Sonríe. Al fin y al cabo, su vida es plena. Hace lo que desea, cuando desea y como desea.

Desea a Will Graham. Tiene a Will Graham. La vida, como siempre, le sonríe.

El Destripador de ChesapeakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora