Capítulo 2

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- Will - abre la puerta de su consulta por segunda vez hoy. Pase, por favor.

- Gracias - Will entra, sentándose directamente sobre el escritorio de Hannibal. Siento molestarle de nuevo, ha aparecido una nueva víctima.

- Usted nunca es una molestia. Es un placer tenerle aquí... conmigo. Dígame, ¿mismo modus operandi?

Will cruza sus brazos delante del pecho, mostrando lo fuertes que están. A Hannibal se le hace la boca agua solo de pensar en lamer esos músculos.

<<¿Estás seduciéndome? Una señal más así, joven Will, y me pertenecerás por completo>>

- Mismo modus operandi. Una mujer joven...astas de ciervo. Sin órganos vitales.

Hannibal asiente. Tiene decenas de recetas en su mente para preparar esos órganos que conserva a buen recaudo, en su casa.

- ¿Qué cree usted que hace con ellos? - Hannibal tiene curiosidad.

- Creo que, aunque parezca horroroso... creo que se los come.

<<No pensarás que es horroroso cuando pruebes mis platos, demonio insaciable>>

- ¿Por qué cree eso, en qué se basa?

- Expone sus crímenes con cuidado, armoniosamente, todo está perfectamente medido. No degrada a sus víctimas, no... no quiero decir que las ame, no es eso. Sólo que no las odia... Sus órganos no son sólo un trofeo, son un acto de poder. El mismo poder que muestra en las obras de arte que son sus asesinatos.

<<Obras de arte. No podrias haberlo descrito mejor. Son mi regalo para ti, Will, toda mi pasión a tus pies y mi anhelo por que vuelvas a mí una y otra vez>>

- Podría venderlos en el mercado negro, Will.

- No. Él jamás haría eso.

Will se levanta y se sienta en el sillón individual. Se desabrocha la camisa de policía, un par de botones, asomándose su piel por debajo. Sus piernas están abiertas, provocativas en ese pantalón de tela que lleva y que no deja demasiado a la imaginación.

<<Estás jugando sucio conmigo, ser salvaje. No te puedes hacer una idea de cómo son mis juegos, pero en breve lo sabrás>>

Hannibal se sienta frente a él, su mirada fija en el miembro de Will. Éste se da cuenta y se inclina hacia adelante, sus codos apoyados en las rodillas.

- Dígame, Hannibal, qué hay tan interesante que no pueda mirarme a los ojos.

- Usted - responde, levantando su mirada. Usted es lo más interesante que he visto en muchos años. Permítame que le invite a cenar esta noche, en mi casa.

- ¿Está seduciéndome? - Will se recuesta de nuevo en el sillón.

- Sí. Eres muy apetecible, Will.

<<Te voy a follar tan duramente que olvidarás tu nombre y sólo repetirás el mío. Hannibal, Hannibal, Hannibal. Tu amo y señor>>

- No debo, Hannibal. Estás ayudando en el caso. Mezclar trabajo con... con otras cosas no es buena idea

- Si no se lo dices a Jack, yo tampoco lo haré.

<<Hazte un favor y sacia ese fuego. Lo veo en tus ojos, lo huelo en tu pene. Eres fuego, Will, y yo estoy deseando quemarme contigo>>

Will se levanta y se coloca de pie frente a Hannibal. Acaricia la cara del hombre, que cierra los ojos deleitandose del contacto.

- Si sigues así, Will, no habrá necesidad de esa invitación.

- ¿Qué vas a hacerme, Hannibal? Dime - levanta la barbilla de Hannibal para que le mire a los ojos. Dime exactamente qué me vas a hacer.

Hannibal se levanta, es un poco más alto que Will. Le mira apenas sin parpadear, tan cerca de él que puede decir perfectamente qué ha desayunado.

- Esta noche, a las 21.00, en mi casa. No te cambies de ropa, ven con tu uniforme de policía. Nunca me he follado a uno. Y tú... cuando la noche termine no recordarás más nombre que el mío. A las nueve, Will, es grosero llegar tarde.

Hannibal sale de su propia consulta, dejando a Will de pie, excitado, el nuevo caso olvidado entre sus piernas.

<<Un demonio sexual es lo que eres. Insaciable, salvaje. Tu empatía no te salvará de mí, sino todo lo contrario, te atará. Ni Jack, ni Alana, ni esa familia de callejeros que has formado podrán salvarte. Eres mío, sólo mío, y tu mundo me pertenece>>

Cuando Will entra en su coche, Hannibal le observa por la ventana, de nuevo en su consulta. Will sonríe cuando arranca, y Hannibal sabe que la batalla ya está ganada.

El Destripador de ChesapeakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora