Capítulo 22

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Azrael

Terminaba de revisar unas cosas cuando alguien entró a mi oficina sin tocar, no me inmute, pues sabia que Gabriel era el único capaz de hacer algo así.

-¿Cómo me veo? -levanté la vista con curiosidad. El chico tenía un traje gris metal y habia peinado su pelo negro hacia atrás con mucho más gel del que necesitaba. Se veía bien, pero no se lo diría.

-¿A dónde vas?

-Le pediré a Camila que sea mi novia hoy -enarqué una de mis cejas.

-¿No lo eran ya? -estaba confundido. La chica lo traía como quería y ni siquiera eran pareja.

-No, aún no se lo he pedido oficialmente. Hoy la llevaré a cenar y lo haré -lanzó con orgullo y yo solo rodé los ojos y volví a mis cosas-. Debería preparar algunas palabras, ¿no? ¿Lo hago antes o después de la cena? -siguió bombardeando preguntas, preguntas que no iba a responder.

-¿Cómo se lo pediste tú a Ana? -lo miré con el ceño fruncido-. Azrael, ¿no me digas que no se lo has pedido?

-Pues... no. ¿Para qué decir lo obvio? -mi amigo rodó los ojos.

-Pues... -espetó imitándome-. Ella está soltera, entonces -me tensé viéndolo.

-Nos besamos todo el tiempo, claro que no... -gruñí fingiendo una seguridad que no sentía.

-¿Y eso qué? Deberías saber mucho mejor que yo que los humanos necesitan etiquetar las cosas, ponerles nombre. Si no se lo has pedido, posiblemente este por ahí, diciendo que está soltera -lanzó sabiendo como eso me afectaría-. Pero bueno, ya me voy, no puedo soportar que Camila esté soltera un día más -espetó divertido para molestarme y lo maté con la mirada.

Ana

Mi turno habia pasado sin sobresaltos, era bueno estar de vuelta después de todos esos días enferma. Aún no entendía que me habia pasado, pero no le daba importancia y solo agradecía estar bien.

Me cambié y salí en dirección hasta mi casa. Un chico se acercó a mí a pocos metros de la estación para preguntarme la dirección de un lugar.

Estaba por contestártele cuando, de repente, una mano apretó la mía con fuerza y me haló hasta él.

-Sí, sí, tiene novio ¡Vete! -el chico lo miró confundido, al igual que yo. El pobre, solo se marchó.

-¿Señor? ¿Qué pasa?

-Si te preguntan si tienes novio a partir de ahora debes de decir: ¡Sí, sí, sí! -lo miré con una ceja enarcada.

-Claro que no dire que tengo novio. ¿Acaso alguien me lo ha pedido? -su cara se desencajó y di la vuelta para que no me viera reír victoriosa.

Llegamos a casa después de cenar en nuestro restaurante favorito y un enorme ramo de flores ahora descansaba en nuestro florero, el par de tortolos en la sala se sonreían con complicidad. Mi amiga al verme fue a mi encuentro de inmediato.

-¡Ana! ¿También tú? -la miré confundida-. Gabriel reservó toda la terraza de un lindo restaurante frente al mar y me pidió que fuera su novia -chilló emocionada y no pude estar más feliz por ella.

Maté con la mirada a Azrael. Ahora entendía toda su paranoia.

-No, yo sigo siendo una mujer soltera -dije como si nada-. Muchas felicidades, chicos -lancé sinceramente y fui en dirección hasta mi cuarto.

-Ana, espera -el hombre, como de costumbre, me siguió con intensiones de arreglar la situación, aunque lo conocía suficiente como para saber que solo la empeoraría.

-Eres un lento, Azrael -escuché a mi amiga gruñéndole a lo lejos.

-Y tu una metiche -atacó y negué con diversión. 

¿Por qué chocaban tanto esos dos?

***

Samael

Amarró su cabello en lo alto de la cabeza, como prueba de que tomaba con seriedad el trabajo que le habia impuesto y empezó a sobreponer trajes de etiquetas sobre mi pecho, como si quisiera verificar cuál me quedaría mejor. Toda mi atención, sin embargo, estaba en el moretón rojo en su mejilla que ni ella ni otro humano era capaz de ver, pero, lamentablemente, yo sí.

Maldita seas, Lilith.

¿Por qué me enojaba tanto darme cuenta de que la habia dañado? No lo sabía, pero me hervía la sangre y haría pagar a la responsable.

El beso de judas, uno de los trucos más viejos y dañinos usado por mis demonios para deteriorar la salud de los humanos. Era, literalmente, como recibir la mordida letal de la serpiente más venenosa. Te iba debilitando por dentro. Las almas más sanas, como la de Ana, eran las más afectadas. No quería ni imaginar que más le hubiera hecho si no hubiera llegado a tiempo.

-¿Cómo te sientes? -dije de la nada y su mirada chocó con la mía. Me regaló una sonrisa que me hizo extrañar el Don que antes tenía de poder detener el tiempo. Era la primera vez en milenios que extrañaba alguno de mis dones perdidos.

-Hierba mala, nunca muere -lanzó coqueta y solté una carcajada sarcastica. Ella arrugó toda su cara viéndome mal-. Me gusta este -alzó un traje azul marino y asentí.

-Ahora vamos por lo que te pondrás tú -me miró confundida-. No pretenderás que iré solo, ¿no? -se encogió de hombros-. Tú iras conmigo - continué con seguridad y negó.

-Sabes que me ponen nerviosa ese tipo de eventos, Sam -una corriente recorrió toda mi columna al llamarme así. Ella no lo noto, pues se dio la vuelta yendo hasta la caja registradora para que paguemos el traje que habia elegido para mí.

Salimos y la halé del brazo entrándola a una tienda de chicas, tuve que usar mis dotes de engaño para convencerla de ir conmigo. Accedió a regañadientes después de un rato.

Se probó un par de vestidos, ¿Cómo es que todo le quedaba tan bien? Finalmente, eligió uno que no me dejó ver. Sinceramente, odiaba las sorpresas, pero viniendo de ella lo encontraba bien, incluso, divertido.

Todas mis excepciones tenían que ver con ella.

Inevitablemente, no tuve otra excusa para pasar más tiempo con ella y tuve que llevarla a su casa.

-Gracias por el vestido -dijo con una sonrisa cuando me detuve en la entrada de su apartamento.

Me acerqué a ella y dejé un beso en el mismo lugar donde antes Lilith habia inyectado su veneno. Al separarme, su hermosa cara ya estaba como antes y nada la perjudicaba. Solo yo era capaz de curarla y sin dudar aproveché el momento para hacerlo.

Nada la dañaría mientras yo esté cerca.

⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️

"Cuando llegó Judas, inmediatamente se acercó a Jesús y le dijo: "¡Rabí (Maestro)!" Y Lo besó."

Marcos 14:45


La mujer de la Parca (En pausa)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon