Dos

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Yae Miko estaba muy impaciente.

Hace un rato atrás, Ei salió con sus amigos, Venti y Zhongli a dar una vuelta un rato, debido al tiempo en que no se habían visto.

La pelirosa le dijo que ese día quería quedarse en casa y que ella se fuera tranquila a disfrutar. La mayor se despidió de ella con un dulce beso en sus labios.

Pero cada vez más se sentía más necesitada, y se sentía como una estúpida por esto, ella era muy orgullosa desde pequeña, y pedirle a su novia que le ayude le daba un poco de vergüenza.

Pero no le quedaba de otra, no fue hasta que sus manos comenzaron a acariciar por encima de su pantalón su intimidad, solo eran toques suaves y lentos.

Con cada minuto que pasaba, su mano iba adentrándose más, ahora sus ropas inferiores ya se encontraban en el piso del departamento, y su mano tocaba su clitoris con un poco de cuidado.

Pensaba en la mayor, en cómo sería si ella fuera quien le estuviera tocando, en sus dedos teniendo cuidado de no hacerle daño alguno, sabiendo lo buena que era Ei con ella.

En eso, escucho un ruido afuera de su residencia, con rapidez se coloco su ropa interior y sus pantalones cortos, arreglo un poco sus cabellos mientras escuchaba la puerta abriéndose.

Miko, ya lle... Oh, estabas aquí amor - Ei la saludo con una pequeña y linda sonrisa, dejando unas bolsas en la isla qué estaba en el medio de la cocina - Después de ir con Venti y Zhongli, decidí ir a comprar, traje tus galletas favoritas.

Aw, Ei querida, no debiste hacerlo - Fue hasta la mayor, abrazándola por detrás y descansado su cabeza en la espalda de la mayor, oliendo un poco del perfume que siempre ocupaba su novia.

Tuve que, me encanta verte feliz mientras comes - Se dio vuelta, iniciando un tierno beso con la contraria, sus manos fueron hasta las caderas de la pelirosa, tocando con suavidad y cuidado.

Yae Miko decidió profundizar un poco más el beso, sus antebrazos rodearon el cuello de Ei, y su lengua fue dejada a él alcance de la mayor.

La de ojos magenta se sintió como una ganadora, pues finalmente, su novia había captado una indirecta.

Cada vez más el calor en ambas iba subiendo, y Yae Miko sintió como unos cosquilleos se formaban en su vientre.

Con lo único que no contaba, era que alguien justo tocaría la puerta. Ei se separó de ella, tratando de verse presentable y yendo hasta la puerta.

¿Diga? - Observó por la mirilla a un joven con uniforme, el cual tenía lo que parecía ser una caja en sus manos.

Traigo un paquete para... ¿Ei Shogun? - Los ojos de la anterior nombrada se iluminaron por esto.

En un momento voy, Yae dame un segundo, llego mi paquete - Saco un lápiz qué encontró arriba en un mueble, para seguidamente abrirle la puerta al repartidor.

Y una vez más, los planes de Miko fueron frustrados, parece ser que definitivamente tiene un odio a los malditos repartidores.

¿Y lo peor? No podría continuar con su plan, ya que sabía perfectamente que Ei estaría ocupada acomodando la comida que trajo, y con ese paquete que le había llegado tendrá otra distracción.

【💞】

joder, no hay sexo.

ariooooooooooooossssssssssssss.

Fucking gamer | EimikoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora