__ No me puedes dejar aquí. - se me pega del brazo. La quito llevando el móvil a mi oreja. - Donovan.

__ ¿Tienes mi nuevo equipo? - le pregunto a la persona que guardó mis armas.

__ El dragón fuera. Eso sí que es un problema. - se ríe

__ No estoy para tus tonterías, lo tienes ¿O no?

__ Justo lo estaba revisando. Supe de tu salida y supuse que vendrías por él. - se pone serio al menos - Te envío la dirección.

Corto la llamada viendo el mensaje que llega. Son dos sitios a los cuales debo abocarme. Dejo a Grace en un sitio seguro y me marcho a Austria para ir por el segundo pendrive.  No puedo perder el tiempo, el primero con quién debo encontrarme lo sabe, dejé que algunas pequeñeces se hicieran más grandes mientras que me perdí permitiendo su crecimiento hasta que mi idea sobre dejar crecer a otros tuvo razón.

Siempre he pensado que aquellos que son pequeños hoy, mañana serán la amenaza que o se doma o se destruye. Tal cosa no debe pasar otra vez, está ocasión vengo sin lástima de ninguno. Si lo que querían era verme en el suelo, no les di el gusto nunca, porque ese puesto está reservado exclusivamente para ellos. Se los preparé para su comodidad.

El bar intercontinental queda ante mi vista, es transitado pero una molestia que por ahora debo bancarme. No sé cómo al austriaco este sitio le parece bien para una reunión de esta índole, nunca ha sido de lugares repletos de gente, aunque al parecer ahora sí.

Tengo años de no verlo, algo debió cambiar.

En cuanto entro las miradas se dirigen a mi lugar. Me molesta captar la atención de muchos porque deberían estar pendientes de sus tragos o sus pollas en lugar de verme con tanta curiosidad. Solía venir con...

Esos infelices deben estar en sus asuntos. Ambos tuvieron que haberla ayudado, pude hacer poco pero estoy seguro que su posición creció e imparable es lo que debe ser ahora.

Lo busco con la mirada antes de encontrarlo observando en mi dirección. Llego en menos de nada a donde está sentado pidiendo un trago que preparan en cuestión de segundos.

__ Escorpión. - saludo viendo descabezar la serpiente que exprimen en mi vaso.

__ El dragón neoyorquino - corresponde con la misma actitud.

Miro al sujeto calvo revolver mi trago antes de entregarlo, dando un solo trago para pasarlo. No es tan fuerte como lo recordaba, tal vez ya perdió su encanto.

__ La abstinencia te pegó duro. - dejo el vaso en su sitio indicando que me dé otro en lo que prepara uno para el tipo a mi lado.

__ La cárcel es solo el infierno que refuerza las ganas de desgraciar la vida a todos - comprimo la rabia que ahora hace parte de cada fibra - Jugar con fuego no es bueno cuando hay alguien que puede poner las cosas peores.

No sopesan las consecuencias que traería el querer tenerme cautivo. Solo crearon lo que ellos conocerán como su perdición.

__ Venganza. - deduce el escorpión.

__ Contención de su poder para tomarlo como mío - mi objetivo está claro y mi ojo puesto en puntos específicos. Solo me falta estudiar la información que vine a traer, y luego de eso caerán uno a uno.

En especial dos de ellos.

__ No cualquiera lo logra, sobretodo siendo quienes son - me recuerda el austríaco.

__ Vengo para tomar lo que más quiere, sin eso nos vamos a la mierda todos - afirmo. Extiende su mano sobre la mesa con el pendrive que cayó en sus manos. Sé que ahora le debo, pero eso no es de prioridad cuando es quien algún día necesitará que salde una deuda de ese tamaño.

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