Comida

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Robin y Finney veían una película en la tele que estaba en la sala de Finney, era la mejor película que ellos habían visto, se llamaba Operación Dragón. 

En cuanto la terminaron de ver Finney fue corriendo a su habitación por el cochinito que tenía guardado detrás de sus zapatos, los tenía que tener bien escondidos porque una vez Gwen se metió una moneda a la boca y casi se atraganta con ella y sus padres lo regañaron como si no hubiera un mañana.  

Cuando volvió hacia donde estaba Robin rompió su cochinito y el moreno se le quedo viendo con cara de que no entendía por qué hacía eso.

-Todavía tenemos que ver lo de la comida para nuestra boda y estaba pensando que podríamos comprar alguna galletas y cupcakes para los que vayan.

-Finn guarda tu dinero

-Pero-

Ni siquiera pudo terminar de hablar porque fue interrumpido por Robin, este se acercó a Finn mientras recogía algunas monedas que se habían caído.

-Finn es tu dinero, y siento que tú estás haciendo todo para la boda, al menos déjame hacer esto 

-Ya sé! Y si nosotros los cocinamos?

-Enserio crees que nos dejen?

-Claro, mi mamá luego hace postres conmigo, dice que es para que en algún futuro me pueda hacer cargo de papá, aunque todavía no sé a qué se refiere con eso...

Finney fue a preguntarle a su mamá si podían hacer cupcakes y galletas, su mamá estaba sorprendida pero sabía que su hijo estaba muy emocionado sobre su boda con su mejor amigo, ella entendía que para Finney era como una boda de verdad y que para Robin solamente era lo que era... un juego, y si eso significaba tener que sacar a su hijo de esa burbuja de felicidad entonces ella no sería la que le diera la noticia sobre lo del juego.

Se la pasaron todo el día los tres haciendo postres, todo fue increíble y chistoso porque la idea de amasar la maza se volvió en una guerra de harina, y la idea de decorar las galletas se volvió en un concurso de repostería, aparte tuvieron que volver a hacer unas cuantas galletas porque llego una bebe ladrona y empezó a comerse las galletas. 

En eso llego Terrance, el papá de Finn, venía muy cansado de trabajar pero en eso se encontró con la imagen más hermosa del mundo, ahí estaban las personas que más quería sentadas mientras comían un cupcake y sonreían todos juntos... y también estaba Robin. Esa simple imagen le hiso recordar porque trabajaba duro todos los días, así que simplemente saludo y subió las escaleras para ir a la cama.

- Oye Finn, bebe, ¿Cuantas galletas y cupcakes tenemos que hacer?

La mamá de Finney le pregunto eso y pudo ver como su hijo se quedaba pensando la respuesta, la pobre señora Blake casi se atraganta con el cupcake que estaba comiendo cuando su hijo le contesto.

-Yo creo que con unos 50 de cada uno bastará

-Yo creo que con unos 50 de cada uno bastará

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