XVII

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XVII. Diamantes blancos

 Diamantes blancos

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Grace

1 año, 3 meses y 5 días atrás.

—¿Sabes? Yo pondría una cama de rosas que solo tú pudieras usar.  Quitaría las hojas muertas y las espinas y dejaría solo los tallos y los pétalos tersos. Y también podría besarte a todas horas. Podría enamorarme de ti una, dos, tres y cien veces más.

—Es una locura. Estás completamente loco. —me reí.

—Es verdad. Me vuelves loco, Grace. —dijo acariciando la boca de mi estómago con las yemas de sus dedos.

—Y yo que creí ser tu talón de aquiles. —sonrió.

—Un karma que estoy dispuesto a pagar. —susurró al besar mis labios.

Este apartamento se había convertido en un lugar agradable, mi nuevo hogar. Y sus brazos eran mi lugar seguro, sus besos y caricias. No creí que se podría amar a alguien con tal intensidad.

Haría lo imposible totalmente posible con tal de permanecer a su lado.

—Niall —me miró—, ¿Y si escapamos?

—¿Escapar? —arrugó las cejas.

—Sí. Tu y yo. A un lugar donde nadie nos pueda encontrar, donde nadie nos conozca.

—¿Y a dónde se te ocurre?

—No lo sé. ¿Venecia? ¡No! Santorini, anhelo algún día poder conocer Grecia.

Sonrió plenamente.

El contacto cálido de su piel contra la mía bajo las sábanas crea en mi una especie de barrera que podría protegerme de todo mal. Lo amo con mi vida.

—Te llevaré a Grecia —hundió su rostro en el hueco de mi cuello mientras besaba mi piel y acariciaba mis pechos—, después será Venecia, la India, Colombia, Francia. Te llevaré al fin del mundo si me lo pides, mi niña. Sería capaz de dejar todo atrás y empezar de cero contigo.

—¿Harías eso por mi? —pregunté sumamente emocionada.

—Te amo —apartó el cabello de mi rostro—, haría lo que fuera por ti.

════ ⋆★⋆ ════

—Te dije que durmieras. Mira esas ojeras Grace Ballard.

—No pude dormir. —admití en voz baja.

—¿No han hablado?

—Ni una sola palabra.

—¿Henry Cavill?

La exhalación suspicaz de mamá resuena hasta lo más recóndito de mi conciencia. Creí que este día mi corazón rebozaria de felicidad... y no es más que una lúgubre mañana fría donde mis únicos pensamientos del día giran en torno al padre de mis hijos y a su ira, a la cual debo hacerle frente.

𝐃𝐎𝐌𝐈𝐍𝐈𝐎 #𝟐 |njh| ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora