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- Tom, yo...- no sabia que decir, eso si no me lo esperaba.

- Está bien, no digas nada, se que no me queres ni ver, que me odias, yo hice que me odiaras y está bien, es mejor así. Pensé que iba a ser mas fácil si me odiabas, pero parece que me equivoque -

- No te odio - sonrió vagamente - No me gusta John - admití, el abrió los ojos.

- Y por que estas con él? - eso no lo admitía ni loca.

- A vos te gusta alguna de las personas con la que estas? - le pregunte.

- No significan nada para mi, nadie ya nada significa algo para mi. Pensé que iba a ser mas fácil olvidarme de vos, pero lo único que hago es pensar en vos - admitió - Yo, yo te...- se acercó a mi. Puso su mano sobre mi cuello.

- Estoy llegando tarde - le dije y me fui. Si esa frase no llegaba a terminar como deseaba, no iba a poder resistirlo.

- Tarde Linsk - me dijo el médico que me había tocado en traumatología - Y sucia - me miro de arriba abajo. La mancha. Con todo lo que paso en la sala de limpieza me olvide de sacarla.

- Un hombre en pediatría - le explique.

- Que hacías ahí? - me pregunto.

- Miraba la nurseri - dije como si fuera obvio. Me miro extraño pero no dijo nada.

- Bueno, empecemos - dijo negando con la cabeza - ya perdimos demasiado tiempo -

Entre todo lo que paso no le había devuelto la campera a Tom. Al día siguiente fui a su habitación a dársela. Mala idea después de estar 10 minutos tocando la puerta me di cuenta que no había nadie, seguramente ya se había ido o nunca había llegado. Di por sentada la última opción cuando bajó del auto y corriendo hacia mi, o su habitación y dijo.

- Que haces acá? - le extendí la campera.

- Gracias - le dije antes de dársela.

- Te la regalo - lo mire raro - te queda mucho mejor a vos - no le respondí pero seguí con la mano extendida para que la tomara - desayunaste? - me pregunto.

- Si - respondí desviando la mirada, pero mi estomago me delato.

- Te hago un omelett - me guiñó el ojo y abrió la puerta de su habitación. No quería preguntar de donde venía pero la intriga me estaba comiendo la cabeza.

- Así que omelett? - dije por decir.

- Si queres otra cosa, la cocina es toda tuya, no se cocinar mucho - no pude evitar sonreír.

- Es un plato práctico - me pregunto por que con la mirada - sirve para desyuno, almuerzo, cena...- río.

- El que es práctico soy yo - dijo antes de agregar - igual también se hacer pizza - lo mire desconfiada - en serio un día voy a hacerte la mejor pizza de tu vida - me reí.

- Si vos decís - rodee los ojos. Y nos quedamos en silencio por un rato.

- Te extraño - dijo como si no pudiera retenerlo mas. No pude evitar sonreír, pero fingí no escuchar y desvié la mirada - Kate, de verdad, te extraño, mas de lo que te imaginas - repitió.

- Yo también - admití sin mirarlo a los ojos.

- Entonces? - me pregunto.

- Pueden volver las cosas a ser como eran? - por favor.

- Me estas diciendo que queres que me preocupe por vos y esté todo el día atrás tuyo y te llame a las 4 de la mañana sólo para asegurarme que estas durmiendo? - asentí - bueno - acepto y camino bordeando la mesa para darme un abrazo y hacerme girar por los aires.

- Igual lo de las 4 de la mañana no - le dije y ambos reímos.

- Es mejor tenerte así que no tenerte de ninguna manera - susurro. Iba a responder pero no estaba segura si debería haber escuchado eso así que mantuve la boca cerrada.

Cada día que pasaba me juntaba más con Tom y me alejaba más de John. Desde la pelea que tuvimos, que no fue ni la primera ni la última, nos amigamos pero no era lo mismo, yo no tenía la fuerza para dejarlo y en un punto creo que a él eso lo dejaba tranquilo. Él tampoco me quería dejar a mi. En una ocacion me había dicho que la pasábamos bien juntos y los dos sabíamos que nuestra relación iba a terminar pero por ahora podíamos pasarla bien. Yo, por mi lado tenía miedo de dejarlo e ir corriendo a los brazos de Tom y que me rechace, prefería estar segura con John, por lo menos por ahora.

- Vos sos inteligente - me dijo Leila.

- Por? - no entendía de que me hablaba.

- Tenes la relación perfecta - me estaba cargando? Era obvio que mi relación con John no iba a ningún lado.

- No me mires así, es verdad. Tenes la relación perfecta, a John lo tenes como novio que no tiene celos ni reclamos y aparte es sincero, egoista y - rodee los ojos - el punto es que no tenes que sufrir por el porque no lo amas, por lo tanto si te deja tampoco vas a sufrir mucho - abrí la boca para protestar pero no sabía lo que decir así que la deje seguir - y para lo sentimental, los celos y lo cuida esta Tom - término de hablar.

- No estoy con los dos! - me queje.

- No digo eso, pero para la relación física está John y para todo el resto, que es lo más difícil de conseguir, lo tenes a Tom, es perfecto - la mire enojada.

- Sería mejor tener todo en uno - pensando en como seria tener a Tom de todas las maneras.

- Entonces deja a John y quédate con Tom - leyó mi mente.

- Y si no me quiere? No puedo -

- Te ama. Deja que te lo diga, cada vez que lo intenta vos lo interrumpís - para que le había contado todo?!

- Me da miedo - admití.

- Kate, mírame - me dijo sería - sos increíble y él te ama, puede que lo niegue y que tenga miedo, pero vos no, vos tenes que estar segura de que te ama, aunque él mismo no lo sepa - la mire extrañada - pero si lo sabe y ya te lo va a decir -

- No creo - le dije.

- Prométeme que la próxima vez que lo intente no lo vas a parar - me dijo.

- Está bien - prometí - es mejor que termine las cosas con John no? No tiene sentido seguir así - asintió con la cabeza.

- Voy a hablar con él - dije parándome, agarré el auto y fui directo a donde estaba su habitación.

- Kate! - exclamó al abrir la puerta - tengo que hablar con vos -

- Yo también - le dije.

- Vos primero - rodee los ojos pero asentí.

- Por que no vamos a caminar? - propuse.

- Agarro un saco y vamos - fuimos al parque estaba anocheciendo pero había bastante gente - que pasa? - me pregunto.

- John, vos sos increíble y algún día vas a encontrar a alguien que pueda estar al lado tuyo y ver lo genial que sos pero esa no soy yo, te quiero, te admiro pero no te amo, perdón - por más que peleábamos todo el tiempo era una buena persona, nunca me lastimaría apropósito.

- Kate - me dijo levantándome la cara desde el mentón - es mejor así, te iba a decir que me voy a Los Angeles y que no sentía que nuestra relación sea tan fuerte como para que continúe a larga distancia - me sonrió.

- Te vas a Los Ángeles? - le pregunte.

- Si me ofrecieron un trabajo que no me puedo negar -

- Te felicito - lo abrace.

- Amigos? - me pregunto.

- Amigos - le confirme. No levantamos para irnos.

- Cuando te vas? - quise saber.

- En dos semanas - me respondió.

SOS En riesgo mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora