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Aemond Targaryen | Lucerys Velaryon

Advertencia: Intento de Smut.
Segunda parte del one shot anterior.

Aérea gimió mientras pujaba a su quinto heredero fuera de sí, jadeaba buscando aire mientras las parteras le ayudaban y Aemond estaba a su lado, mirando como la menor sudaba con cada empuje, como cerraba su mano con cada puje.

Gritó al sentir como se desgarraba por dentro, estaba segura que la cabeza ya estaba afuera.

—Puje princesa, ya viene.

Tomó aire mientras hacía fuerza para sacar lo restante de su hijo, suspiraba con la respiración entrecortada mientras cerraba sus puños y tensaba sus piernas, su madre estaba detrás de ella ayudándola, segundo su sudor mientras le acariciaba la espalda.

—¡Agh! —gritó mientras pujaba con más fuerza, su cuerpo cayó aliviado en la enorme cama mientras su hijo y la placenta salían. —¿Qué es?

—Es un fuerte varón, mi princesa.

—Mi heredero. —Aemond sonrió tomando al bulto entre sus brazos. —peliblanco como su padre.

Aérea suspiró cansada mientras regulaba su respiración, seguidamente tomó a su hijo en brazos mientras su madre y las parteras se retiraban para informar el nacimiento de un nuevo Targaryen.

—¿Cómo lo llamarás?

—Aemon o Aeren.

—¿Vas a ponerle como tú sin la d?

—Aeren. —concluyó mirando a la peliblanca. —estuviste muy bien.

—No es la primera vez que lo hago, lo hice hace un invierno atrás.

—¿Con el bastardo?

—No hablemos de eso, por favor, no frente a Aeren.

Aemond asintió mirando la gran cama, tanta sangre lo mareaba, pero gustaba de la compañía de la menor.

—Lamento sí lo hice muy fuerte, me dejé llevar.

—Lo noté.

—Perdóname.

—Mi único consuelo es saber que ya no estarás dentro de mí, nunca más.

—Hace diez inviernos te gustaba.

—Hace diez inviernos mis hormonas estaban completamente descontroladas.

—Bueno, de tus hormonas y las mías salieron mis hijos. —dijo con seriedad.

—¿Cómo haremos con Aeren? Tienes que volver a King's Landing y yo me quedaré aquí.

—Vendré cada semana a verlos. —dijo meciendo al peliblanco menor. —dormido frente al príncipe, terrible falta.

—Es tu hijo, hace faltas. —y por un momento olvidó el tremendo odio que sentía hacía Aemond, verlo con Aeren en brazos la hacía creer que Aemond no podía ser tan malo.

—Un varón, por lo que escuché. —dijo Luke llegando a la habitación. —¿Cómo se llama?

—Aeren. —dijo el peliblanco con seriedad. —Aeren Targaryen.

—Es un lindo nombre, bonita, Baelor pregunta por ti.

—Dile a mi niño que iré a verlo en la noche. —sonrió olvidando que Aemond se encontraba ahí, junto a ellos.

[***]

Aemond había dejado el Castillo, volando en Vaghar de vuelta a King's Landing, en donde había un torneo por su cuarto heredero.

Aérea se encontraba descansando en sus aposentos mientras dejaba su cuerpo descansar en la enorme bañera.

—¿Mamá?