Zapatillas nuevas

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V.-Bueno, ¿No ha ido tan mal no?

M.-Bueno... se puede mejorar

V.-¿En serio?, creo que soy la mejor novia que has presentado a tu familia

M.-Novia seguro que sí.... oficialmente no he presentado a nadie

V..-Guau...que honor Carrillo

M.-Te quiero tanto Vanesa que a veces me da hasta miedo de pensarlo, no he sentido nunca esto por nadie, por eso era importante que conocieras a mi familia, son lo que más quiero junto a ti.

V.-Ven aquí Carrillica mía, yo si que te quiero a ti, vamos a ser muy felices tu yo

M.-Tu y yo

V.-TU Y YO.

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Ella está a 1 km de mí, dando un paseo llego a nuestro sitio favorito, donde parábamos a descansar un poco, sentadas en la arena, mirando al mar, allí tenemos unas fotos preciosas, tenemos una con nuestras manos entrelazadas con  la arena de la playa, creo que todavía la tiene en la entrada de casa, yo tenía un copia y la tenía en la estantería de casa puesta. Nadie sabe que son nuestras manos, solo ella y yo. 

Suelto al perro y voy en dirección a ella, le mando un mensaje

M.- Voy para allá, te mando a Camarón de avanzadilla, ¿Un regalo?, ya sabes que me encantan los regalos.

Acelero el paso, llevo mis zapatillas nuevas, unas Under Armour muy chulas, sirven para vestir pero sobre todo para ir al gimnasio. Mi móvil vuelve a sonar.

V.-Te espero, bueno os espero, tengo ganas de veros a los dos.

Ya llego, y ya la veo, no hay mucha gente paseando, practicamente nadie, es la mañana de Reyes, la gente está a otra cosa, está sentada en el último banco del paseo, el que da directamente a la playa, ella ya me ha visto y me saluda con la mano, va vestida como yo, chandal, deportivas, gorra y gafas de sol, Camarón ya la ha visto y sale disparado hacia ella, en casa eran inseparables, era llegar Vanesa a casa y era la revolución entre los dos, carreras, saltos al sofá, jugar al escondite, darle toda clase de mimos y privilegios gourmet hasta que su otra mami los llamaba a los dos al orden. El momento siesta en el que se acomodaban los dos en el sofá, Camarón echo un ovillo junto al abdomen de Vanesa, tengo varias fotos de ellos dos así, tranquilos, durmiendo a pierna suelta ambos, enamorada perdida me tenían... bueno...me tienen.

Ya llego junto a ella, que guapa por dios....bajo la vista un poco  y suelto una carcajada...

V.-Ey, ¿Qué pasa?

M.-Tus zapas

V.-¿Mis zapas?

M.-Los reyes nos han traído las mismas zapas

V.-Je, je, je.... pues si. Casualidad...Feliz año ¿No?

M.-Si, feliz año.

Nos dimos un largo abrazo, junto un par de besos que me sentaron de maravilla, volver a tenerla así de cerca, sentirla de nuevo, sentirme de nuevo en sus brazos, pero la sensación está vez era distinta, era una sensación de sosiego, de calma, de paz...de mi paz interior... estaba relajada, estaba bien, desde hace tiempo estaba plenamente feliz.

Narra Vanesa

Mandé el mensaje a Mónica, ¿Y si no me contestaba?, ¿Y si pasaba de mi?, y si sencillamente estaba en Madrid, que podría ser lo más normal, mañana trabajaba...aunque generalmente se iba después de comer, bien en tren o en coche.

Mi móvil vibró, y vi su mensaje, venía hacia acá, con su sonrisa, qué bonita es verla sonreir y sobre todo tras la pantalla, seguro que hacía sonreir a su legión de seguidores tweeteros, a mi su sonrisa me hace sonreir el alma.

Siempre, 7 veces si.Where stories live. Discover now