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–¡Hola Mikey! – la castaña lo saluda alegremente, agitando su mano, asomándose desde una pequeña ventana que había en una de las paredes, ellos tenían esa ventaja, Loomis al creer que ambos podían formar algún tipo de amistad, ordenó crear aquella pequeña ventana para que ambos pacientes puedan interactuar entre ellos

Loomis nunca pensó en darles algo de privacidad al instalar esa ventana, ambos podían verse todo

La mente del doctor era extraña. 

Michael da un asentimiento, terminando de guardar sus máscaras en una caja que tenía escondida bajo su cama, solo Lina sabía de eso

–Me gusta tu nueva máscara – Lina esboza una sonrisa 

El hombre la observa atentamente, sin poder evitar bajar su mirada por las largas y torneadas piernas de la chica, hoy no traía su usual ropa, llevaba puesto un camisón que cubría un poco más que sus muslos, ropa cómoda que Kal usaba para dormir

–Tengo algunos dulces que me dio Hanna, ¿no quieres? – le ofrece la chica, llamando nuevamente la atención de Myers quien asiente casi al instante, Michael era un fanático de los dulces

–¡Yo quiero! – se escucha la animada voz de Aleksi, la sola mención de dulces lo despertó de su siesta

Escuchándose un "¡Cierren la boca putos!" de Patrick, tirado en su cama

–¡Cállate cerdo! – gritó Magnus, o más bien, Aidan, otra de sus personalidades, que en opinión de Lina, él no tenía paciencia 

–Cuando sea la hora de almuerzo te daré los dulces Aleksi – habla la chica escuchando una risa y un "¡Genial!" de su parte 

Myers se levanta de su cama acercándose a la ventana para poder tener una mejor vista del cuerpo de su obsesión. 

Kalina ladea su cabeza hacía un costado con curiosidad

–No puedo darte los dulces ahora Michael, no tengo por donde pasártelos – dice, intuyendo que esa fue la razón del por que Myers se había levantado y acercado a la pequeña ventana 

Podía escuchar las discusiones entre Patrick y Aidan, las risas de Aleksi y las reprimendas de Keelan, aunque todo se escuchaba lejano, estaba demasiado centrada en la corpulenta figura de Myers 

Su vista no se despegaba de la atrayente mirada azulada de Michael y los músculos que se contraían cada que él se movía. 

¿Acaso Michael no sabía lo seductoramente excitante que era? 

La mirada oscurecida del hombre la hacía temblar. Tan solo era su mirada y joder, ya se estaba mojando.

Por primera vez, se sentía deseada y aquello, le encantaba.

La chica aún podía sentir la intensa mirada de Myers sobre ella, viendo aquello como una oportunidad, haciéndose la que no se da cuenta, comenzó a quitarse su camisón quedando tan solo en ropa interior, una provocativa ropa interior blanquecina con sutiles encajes

Su redondo trasero se marcaba a la perfección, cada paso que daba podían apreciarse sus torneadas piernas y su silueta cada ves más llamativa y tentadora 

Michael emite un leve gruñido, sintiendo un calor abrumador recorriendo su cuerpo, nunca había experimentado la excitación, había escuchado algunos guardias hablando sobre sexo y masturbación, pero esos temas jamás le llamaron la atención

No hasta ahora.

Hasta que pudo contemplar la figura de D'Angelo, despertando en él su deseo sexual.

Enfermizo amor -Michael Myers-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora