La Sorpresa

Escúchame

Hannibal conduce rápidamente con mil y un pensamientos en su cabeza. He sido un estúpido, ¿cómo no se me ocurrió que existía la posibilidad de que Will se disociara? Le pasa constantemente. Había permitido que el deseo que sentía por él nublara su buen juicio. Y las consecuencias estaban siendo terribles. Temia por Will y lo que era capaz de hacer sintiéndose tan culpable.

Si supiese una milésima parte de cómo lo había hecho sentir. Su primera vez con un hombre y jamás había sido tan feliz. No por el hecho en sí, sino porque había sido con Will concretamente. Hannibal conducía como un demonio para tener la oportunidad de decírselo, que no fuese demasiado tarde. 

Cuando sale del coche ninguna luz hay en la casa de Will. Entra, Will siempre deja la puerta abierta. Los perros empiezan a gruñir, defendiendo su territorio. Hannibal se había olvidado de ellos.

- Chicos....dejadle en paz. Vamos.

Apenas un susurro. Will está a oscuras, Hannibal puede verlo ahora.

- Wil...
- ¡No te acerques! ¡Vete! No deberias haber venido.

Hannibal se acerca muy lentamente. Los perros de Will están alerta, expresando ese nerviosismo que siente su dueño.

- Will... Por favor.
- ¿Sabes cómo se llama lo que te he hecho? Vi~lación. Yo... ¿cómo he sido capaz?

Hannibal se sienta a su lado, sin tocarle, a una distancia prudencial.

- Es que eso no es lo que ha pasado. Yo.. me ofrecí, bien lo sabes. Te dije que fueras completamente tú, te di mi consentimiento.
- ¡No para eso! ¡Para algo diferente!
- Para todo, Will.

Hannibal llora. Llora, él. La última vez que lloró fue por su hermanita. Su impotencia es tan grande y los nervios tan acumulados que no puede parar. Explota.

- ¿Por qué no me escuchas?
- Vete de aquí, Hannibal. No hay nada que digas que pueda borrar todo. Soy una mierda de persona. Da igual que me haya disociado, excusarse en eso es aún peor.
- WILL, ESCÚCHAME.

Grita. Llora y grita. Qué escena tan dura.

- Jamás había estado con otro hombre íntimamente hablando. No me mires así, asumo que a simple vista no lo parecía. Lo que intento decirte es que ha sido maravilloso. ¿Me oyes, Will? Te he sentido tan cerca que me da rabia que creas las barbaridades que estás pensando. Estoy deseando que ocurra de nuevo y tú cada vez estás más lejos. ¿Pero qué te pasa?
- ¿A mí? ¿Qué te pasa a ti para que no me odies?
- ¿Debo responder a esa pregunta?

Will se abraza a Hannibal fuertemente, llora abiertamente junto al hombre amado. Está hecho añicos, ni siquiera se siente humano.

- Perdóname. Perdóname, Hannibal.
- No tengo nada que perdonar.

Hannibal cubre de besos la cabeza de Will. Su perfecto Will, hermoso, inteligente y bello Will. Will cada vez llora más fuerte, los perros se reúnen alrededor de los dos hombres, queriendoles consolar con su compañia. Hannibal poco a poco se calma.

- Te necesito, Will.

Will levanta su rostro y lo que Hannibal ve le rompe el corazón. Tiene los ojos tan hinchados que parece le hayan dado una paliza, su rostro congestionado denota el tiempo que el joven ha estado culpandose.

- Estoy respondiendo a tu pregunta.
- ¿Y Alana?
- ¿Qué explicación se le debe a alguien que es efímero? Ella, al igual que yo en su vida, somos algo pasajero.

Will esconde una media sonrisa. Un pequeño paso. Hannibal se pone de pie y levanta a Will del suelo. Apenas pesa. Lo tumba en el sofá, coge la primera manta que ve y se la echa por encima.

- Quédate, por favor. No merezco nada de tu parte, y egoístamente te pido que no me dejes solo.

Hannibal se quita la chaqueta, se descalza y se hace un hueco en el sofá. Will se queda dormido sobre él enseguida, los ojos le pesan tanto de llorar....
Recuperar la confianza en sí mismo es el siguiente paso de Will. La confirmación de que no es mala persona. Hannibal lo abraza y, así, también él se duerme.

Los perros al fin se calman, tumbandose alrededor del sofá donde descansan. Una estampa tan familiar que, de haberla visto Hannibal, se habría sentido sumamente dichoso.

Pero como digo duerme, y en sus sueños probablemente repita todo lo ocurrido con Will cuando estaba atado.