—¿Cómo té sientes con la perdida? —me pregunta y se agacha a mí par.

Tendría la oportunidad de balancearme sobre el y tratar de matarlo desde qué entro noté qué no venía armado. Pero mis brazos están cansados, y llenos de dolor físicos. Tengo golpes en las mejilla debido a la pelea de el mortal Cage.

Hay heridas qué sanan con el tiempo y otras físicas que tienes qué aprender a vivir con ellas. Yo acepto mi condena.

—Personas cómo tú y yo tenemos qué asimilar qué tendremos muchas pérdidas pero somos tan grandes que merecemos mucho más y vamos por eso, sin mirar a nadie—me aconseja.

Me levanto persuadiendolo y veo qué no hay ningún halcón vigilandonos. Es tan estúpido preguntarle qué había qué había en la maleta y con todo esto mucho menos después lo dé el mortal Cage me llevaron aquí, Owen a otra celda y Amélie otra estudié qué son pequeños compartimiento para dependientes a él Hacoc. La droga que letal qué casi mata a mamá...

Visualizo varias jeringas vacías en el suelo y ese líquido brillante. ¿Será tan buena como pintan?

—Vete—le pido.

—¿Me estás pidiendo que me valla?—sonrié y asiento y agachó la cabeza desimulando tristeza.

—Si porfavor.

—¿Te rendiras tan fácil? Dejarías qué mi padre termine ganando y le inyecte otra dosis de Hasse a Owen y está vez si lo dejarás morir.

«Jamas»

En silencio por no tener respuesta dé mi parte sale de el compartimiento y cierra la puerta. Me quedó pensando cuánto tiempo les tomaría venir y se que muy pronto estarán aquí. Sonrió porque otra vez de nuevo me salgo con la mía

Vuelvo y repito el papel de víctima jamás se me dió y lo saco a relucir cuándo pasan los minutos lentamente. Se hace una hora exacta me encontraba sentada cuándo el piso vibra dé el proyectil qué sacude las instalaciones dé los italianos.

Escucho gritos y llantos y sé de dónde viene esa maldad , Christopher Morgan y Ilenko Romanov llegaron a terreno Italiano. Los temblores dé el suelo debido a los proyectiles son demasiados pero hago el esfuerzo por mantenerme firme y voy hacia la puerta y agarro de el suelo un pedazo de metal y cuando voy a estampar lo la puerta cede libremente.

«Damon la dejó abierta para mi»

La puerta es un pasillo infinito dé celdas y corro sobre ellas viendo los compartimientos si están las personas qué estoy buscando. No estoy armada, cruzo la esquina dé el pasillo cuándo escucho un sonido bajó y veo por el rabillo de la puerta el cabello a amarillo dé mi prima.

Azotó la puerta con la barra dé metal qué sostengo. Uno... Dos... Uno...Dos... La puerta cede y la imagen qué veo es tan asquerosa y sádica. Amelie en el suelo empapada de sangre en la boca y su cara, y con el cuerpo de un halcón con las tripas afuera.

—Oh por dios—gimo con el olor asqueroso qué emerge el cuerpo no se cuánto tiempo tiene encerrado con él.

Amélie se gira al verme y me sonrió mostrando los dientes. Sé levanta y se sacude cómo si así pudiese quitarse la sangre y el terror qué puede causar en cualquiera qué la viera.

—¿Papá trajo a chispas? Lo puedo sentir cerca —me pregunta.

—No sé a quíen carajos trajo pero hay qué irnos.

Salimos de la celda y mi acción queda suspendida cuándo mi cuerpo choca con el cuerpo dé el león albino qué es el triple de grande para poder entrar en la puerta. Me huele y me gruñe y luego cede a mi presencia y Amélie no duda en irse encima dé él. El pelaje dé el león está lleno dé sangré de los victimarios mientras qué ella camina hablándole a su león de todas las cosas que hizo estando un día en cautiverio con los italianos.

Fanfic Pecados PlacenterosWhere stories live. Discover now