Caminaba mirándo el cielo azul, aclarado.
Esta linda mañana, todos saludandose o simplemente pasando de largo.Sentí como me agarrarón del ante brazo, haciéndome retroceder.
El auto pasó, es entonces cuando voltee a ver el semaforo. La gente aún no podía pasar.Voltee, haciendo una reverencia hacia la persona que me había salvado.
—Muchas gracias—Dije avergonzada.
Pude ver que era el joven Son, diablos, ¿por qué tiene que ser el?
El frunció el ceño sosprendido, alzó su mano, la bajó, entendiendola así saludandome.
Lo recibí, sonriendo levemente. No es que me cayera mal, simplemente es muy intenso, realmente solo lo conozco porque me ayudó, pero no hablamos en ningún momento. Pero lo que sí sé, es que su presencia de alguna manera me incomoda.
—Sulli, pero cuanto tiempo—Dijo, sonriendo.
Y allí es donde digo, no le di confianza para que me diga por mi nombre.
—Joven Son, cuanto tiempo—Dije, sonriendo incomoda.
Sonrió, bajo su mirada a su teléfono.
—Nunca me llamaste—Dijo.
Rayos, por qué tiene que recordarlo.
—Se me malogró, no pude hacerlo—Realmente no quiero ser grosera, solo quiero que acabe de hablar.
Frunció el ceño, extendiendo su mano. Me hice atrás, frunciendo mi ceño.
—¿Estas segura de eso?—Dijo.
Ahora me está dando temor.
—Ya es momento de irme—Dije, volviendo a hacer una reverencia.
Cuando los coches pararon, la gente continuó caminando.
Rápidamente me metía entre la gente, solo escuchaba los llamados del joven Son.Cuando vi allí el gran edificio de trabajo, la gran empresa. Sonreí aliviada, ya en la entrada, lista para adentrarme.
Sentí que alguien me agarro del antebrazo, solté un pequeño grito, retrocediendo.
—Tranquila, soy yo—Dijo aquella voz que reconocía.
Tae-mo, preocupado por mi reacción.
Solté un suspiro de alivio, voltee, viendo cómo el joven Son me buscaba con su mirada.
Rápidamente me escondí detrás de mí novio, sintiendo escalofríos.
—Cariño, es momento de entrar—Dije al ver cómo el me encontró con su mirar.
Frunció el ceño.
Agarré su brazo, arrastrandolo a que me siguiera, pero ya era tarde.
—¡Sulli!—Dijo.
No, ¿por qué tiene que pasarme esto a mi?
Subí mi mirada, fingiendo una sonrisa.
Tae-mo lo miraba con fulmino—¿Por qué rayos está llamándola por su nombre y no por su apellido?—Se preguntó.
.
—Hola de nuevo, Joven Son—Dijo, aún estando detrás de Tae-mo.
Tan solo se asomaba.
—¿Por qué estas detrás de él?—Dijo.
Tae-mo apretó los puños, ¿que era esa confianza?
—¿Qué tanta confianza tienes con mi novia para hablarme de tú?—Dijo Tae-mo bruscamente.
