Sulli se adentró al departamento de su hermana, aquella le había dado un duplicado de tarjeta de entrada.
Su novio la había dejado, se despidieron con un tienro beso.
Young-seo al ver a su hermana como ingresaba al departamento soltó un chillido.
Corrió a abrazarla, llena de felicidad.
—¡Soy su amiga!—Gritó ella.
Sulli frunció el ceño, no sabía de lo que su hermana hablaba.
—¿De qué hablas?—Dijo ella, extrañada a lo que había dicho su hermana.
Young-seo dejó de abrazarla, la soltó.
—Seong-Hun, el chico del que te estaba hablando ayer—Dijo ella, moviendo a su hermana.
Ella asintió, aún tratando de procesar lo que su hermana estaba diciendo.
—Hice lo que me dijiste, vaya que si funcionó—Dijo ella, sonriendo.
Sulli sonrío a lo que su hermana dijo, sus planes siempre funcionan.
—Te dije que funcionarían—Dijo chillando.
Volteo, viendo una lámpara nueva, vaya, si que es bonita.
—Pero que linda lámpara—Dijo ella, acercándose al objeto.
Aquel es de un color vintage muy bonito, el color que a ella le gusta.
—Ah, un vecino me lo regaló—Dijo, sin darle importancia.
—¿¡Cómo no le das importancia a esta grandiosa lámpara!?—Dijo, agarrando la lámpara aún no conectada.
—Si quieres puedes ponerla en ti habitación, no me importa—Dijo moviendo su mano.
Sulli miró con adoración el objeto, abrazó el objeto con mucha emoción.
—¿¡Te había dicho que eres una grandiosa hermana!?—Dijo, besando la mejilla de la mayor.
Young-seo sonrío a lo que su hermana menor había dicho.
—No necesitas decírmelo, claro que lo sé—Dijo.
Sulli sonrió, corriendo hacia su habitación. Lo puso en su mesilla, al lado de la fotografía que su novio y ella se habían tomado juntos.
Pero aquella mesilla marcaba al frente de su cama, no iba bien. Aquel vecino no lo había regalado con la buena intención.
La vibración en su celular se hizo presente, aquella prendió el celular sonriendo al ver el mensaje de su novio.
Jagiya
Cariño, no olvides que mañana tenemos una cita. Ya compre las entradas, no olvides que te quiero.Sulli sonrió embobada, su novio es muy romántico.
Aunque a veces es muy serio, incluso lo veía algunas veces enojado, pero con ella nunca.Love
Claro, no lo olvidaría por nada del mundo, amor. Por cierto, yo también te quiero.Quiso poner un corazón, pero siente que a su novio no le gustaría. Sus pensamientos son tontos, todo lo que ella escriba, para Tae-mo es perfecto.
Fue hacia su baño, yéndose a duchar, al acabar comenzó a vestirse. Aquel pijama consiste en, un short, una polera de pijama y listo.
Algo simple, salió del baño ya lista.
—¡Sulli, tengo que irme, iré a mi destino!—Dijo gritando.
—¡Te irá bien, coqueta!—Gritó la menor.
Se escuchó la risa de su hermana, saliendo.
Soltó un suspiro, acostandose en su cama..
.
.
.
.
Se levantó, tenía un día de descanso.
Diablos, esto es el paraíso.Se percató que su polera estana alzada, se la bajó al instante ya que podría mostrar algo más.
Lili y liliana por ejemplo, nombres absurdos de hecho, pero creados por ella misma.
Ya saben a lo que se refiere, sus atributos para ser más directa.
Se levantó, yendo a hacer sus necesidades.
Salió del baño minutos antes, se había quitado su pijama.Saliendo en ropa interior, se había olvidado su ropa en su cama.
Pero aquel enfermo que veía detrás de la pantalla la veía con morbosidad.
Se mordió sus labios al verla, aquel mismo que le habían pagado por mostrar aunque sea un video semi desnuda.
Se tocaba sus partes al verla, hombre tan sucio y enfermo, previendo ir al mismo infierno.
En otra parte esta Sulli, ya saliendo vestida, sonrió al verse.
Estaría en el departamento, pero aún así le gusta estar vestida.Prendió su celular, su novio no le había mandado ningún mensaje.
Love
Buenos días, amor. Es muy temprano, de seguro estas en horario de trabajo, pero aún así quiero hablar. No olvido que tenemos una salida pendiente, te quiero.Sonrió enviando aquel mensaje, se sobre salto al escuchar los llamados a la puerta del departamento.
Vio por el pequeño vistazo (aquel redondo que siempre hay en las puertas para ver a los desconocidos que tocan la puerta).
Era su vecino, pero no sabía quién ya que no conocía a ninguno.
—Buenos días—Dijo ella abriendo la puerta.
Este sonrió al verla, tan dulce, pensamientos morbosos pasaban por la mente de aquel sucio hombre.
—Hola, vengo a traer estas galletas. Supe que eres nueva por aquí, bienvenida—Dijo.
Sulli sonrió amablemente, pero aún así aquel le daba mala vibra, algo que la hacía sentir triste. Quiere hacer amigos, pero esa mala vibra de aquel no se iba.
—Gracias, pero soy alérgica a las galletas—Dijo ella, rechazando las galletas.
En realidad no es alérgica a las galletas, simplemente que no le daba buena espina.
—Esta bien, disculpa—Dijo.
Asintió, quiso cerrar la puerta pero el lo impidió. Nerviosos recorrieron su cuerpo. En donde rayos está su hermana.
—Olvide decirlo, fui yo el de la lámpara —Dijo este.
Ella lo observó, se sentía mal por haber rechazado aquellas galletas.
—Oh, muchas gracias por el regalo—Dijo ella.
Aquel asintió, la miró de arriba a abajo, marchandose del lugar.
Lámpara.
Lámpara.
Suena tonto, pero en las películas aquello siempre ocurre.
Corrió hacia su habitación, lanzando la lámpara al suelo. Es tonto, pero siempre quiso romper una lámpara.
Su boca se entre abrió al ver una cable sobresalir, lo sacó de allí, viendo como eso era una cámara.
Ella había salido en ropa interior, ella estaba durmiendo.
Aquel la había visto.
Rápidamente llamó a su hermana.
No quería preocupar a su novio, aquella sabía que él está en horario de trabajo.—¿Su?—Dijo su hermana al contestar.
—Hermana, ven rápido—Dijo sollozando.
Young-seo al escuchar a su hermana sollozar rápidamente se levantó de la cama de su chico, o bueno, aún no sabía que eran.
—Estoy en cinco—Dijo.
Rápidamente se salió de la cama, sin siquiera despedirse de él.
Fue hacia su departamento, aún no sabía lo que sucedía.
