☾Capítulo 27☽

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—Rescindió de mis servicios —oigo la voz de Roberto detrás de la puerta. Estoy en mi habitación luego de haberme colado por la ventana anoche mientras Jaziel me observaba desde su ventana.

Él muy con los brazos cruzados en silencio, mirándome con desdén mientras yo trepaba cual mono con mi vestido celeste puesto.

—Lindas bragas Tyson —murmuró y yo le enseñé el dedo medio cuando llegué a mi ventana.

Me despedí con la mano en un gesto breve y él me enseñó su dedo medio, para luego irse.

Claro que sonreí y me fui a dormir. Antes miré mi móvil y estaba el mensaje de buenas noches del chico de ojos celestes más sexy del mundo.

"Buenas noches nena"

"Buenas noches Rocco"

—¿Qué?

—El vecino, ya no soy su abogado, me escribió hace cinco minutos —repite ante la duda de Ángeles.

Siento los pasos acercarse y termino sentada en la cama cuando la puerta se abre y veo a mi padre y a Ángeles entrar en mi habitación. Apenas veo a Roberto, él me mira con el ceño fruncido.

—¿Qué estabas pensando al involucrarte con él?

—¿Qué? —me sobresalto por su atropello tan temprano.

Apenas son las ocho de la mañana del sábado.

—No te hagas Bianca, no estoy para juegos. ¿Desde cuándo estás con el vecino? —insiste el hombre.

Frunzo el ceño extrañada. ¿Qué? ¿Ahora fingimos preocupación de padre o solo es porque Jaziel prescindió de los servicios de su abogado que por casualidad es mi padre?

—No es estoy para esto —respondo con calma lo primero que se me cruza por la cabeza—. ¿Nadie les enseñó privacidad? Salgan de mi habitación.

Ángeles parece molesta por mi contestación, ya que se acerca a su esposo.

—¿Qué esperabas de tu bastarda? No me sorprende que sea igual de mal educada como su madre.

—Tu hermana querrás decir —corrijo volviéndome a acostar—. Y me alegro que Jaziel haya rescindido tus servicios, papá, después de lo que le dijo Ángeles. ¿No crees que está mal revelar el secreto profesional de un abogado y que tu esposa le diga a tu cliente que es un asesino? Con su permiso, me voy a dormir.

Ni siquiera cierro los ojos, solo los observo y apenas escuchan mis palabras los ojos de mi padre se amplían de forma casi imperceptible, pero lo hacen. No sé cómo le cayó lo que acabo de decir, pero lo tomó por sorpresa. En cambio, el rostro de Ángeles no muestra ni una mueca.

La mujer tosca solo me mira. Cuando su esposo la mira ella solo mantiene su vista en mi, seria.

Espero no arrepentirme de esto, pero no tolero que sea tan bruja.

—¿Eso es cierto? —su voz refleja la duda, yo lo observo sin decir nada y su esposa de igual modo se mantiene en silencio.

¿Ya se dio cuenta del monstruo que tiene al lado?

El hombre me mira con enojo.

—Te prohibo que lo vuelvas a ver.

Roberto sale de la habitación, estupefacto, mientras que su esposa me da una última mirada de desdén y luego se va, siguiendo su camino.

Vaya forma de despertar.

—¿Bi? —Manu se asoma por la puerta. Yo la observo y ella pasa y cierra la puerta.

Malas Intenciones IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora