Cristiano Ronaldo, uno de los empresarios mas influyentes de Portugal. Tiene un gran problema; necesita urgentemente un empleado para la vacante de asistente personal. Algún beta o alfa que pueda cumplir con el rol a la perfección, no necesita un om...
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Un nuevo día llegó, el Omega estaba despertando para supuestamente ir a su trabajo. La noche anterior no logró comentarle nada a sus padres puesto que ya era tarde y era mejor dormir para poder pensar con la mente fría la mejor solución. Por no decir que se había sentido un cobarde al no contar nada a sus padres. No quería que se sintieran decepcionados de él.
Javier se levanto para poder tomar su ducha diaria de agua completamente fría aún en los climas más templados o helados en cualquier época del año, lo hacía, fue directo a la regadera después de haber visto durante los siguientes 10 minutos un zapato fijamente en el suelo. Típico de su día a día, quien sabe quiza y ver el zapato lo hacía reflexionar.
Escuchó un grito justo después de salir de la ducha, lo identificó como su hermana quien avisaba que ya estaba su lonche para ir a trabajar, ya que su labor iniciaba a las 9:00 AM. O eso era antes de quedarse sin trabajo.
Al terminar de arreglarse limpió un poco su habitación para que ni su madre o abuela hicieran algo que él puede, siempre fue ordenado, una persona responsable vale lo doble. Él no se creía superior a nadie, es otra virtud, una persona humilde en todo sentido de la palabra, jamás había hecho menos a los demás y jamás lo haría.
Salió de su acogedora habitación pasando al lado de su padre, normalmente le acostumbraba a verle despierto más tarde, simplemente le deseo un buen día una vez que paso a su lado. Javier ama a su padre, a su familia, a la vida. Optimismo es la palabra perfecta para representar la vida de Javier, por muy mala que sea la situación aún así sigue con una hermosa sonrisa en su cara que alegra la vida de muchos. Todos lo quieren en su barrio, es conocido por todas partes, claro comunidad pequeña donde todos se conocen. Tan característica es esa sonrisa con la que carga siempre, mostrando su amabilidad, afecto y el carisma que el joven omega es poseedor, algo que sin duda el dinero mismo no puede comprar. Javier, era un chico especial.
El omega llegó a la cocina donde saludo a su madre y hermanos quienes estan a punto de ir a su escuela, aún cuando es de gobierno sigue teniendo una buena manera estudiantil. Él recuerda cuando estudiaba en aquella escuela, una época demasiado inolvidable y hermosa aunque lamentablemente ya no tiene el gran privilegio de estudiar, apenas y termino la prepa dejo su sueño para vivir por su familia y mantenerlos, tiene una familia entera que depende solamente de él. Porque si, sus padres estaban desempleados y Javier era el único miembro de la familia que mantenía la economía un poco estable para no gastar los pocos ahorros que tenían.
La otra realidad era que por fuera Javier solo se quedó viendo a la nada, que no se dió cuenta cuando su madre se acercó a desearle buenos días, hasta que sintió un golpe en la cabeza por parte de su madre al no prestarle atención. Un leve golpe no muy rudo.
—¡Auch! —empezó a sobar su cabeza con la parte superior de su muñeca mientras sus hermanos estaban riendo por lo recién ocurrido, una leve molestia llegó a él pero rápidamente fue remplazada por una risa.