Su Voz (Homoerótica) [En proceso + editando]

Capítulo 29: Salou

Hola :) Sólo quiero deciros que precisamente hoy es el cumpleaños de Carles, así que, ¡felicidades, otaku loco! :DD

También quiero decir que hay una pequeña errata en el capítulo anterior. Por entonces quedaban dos meses para el final del curso, no uno. Me desconté mientras escribía, lo siento u.u' Pero ya está arreglado, ¿vale? :) Y volví a subir el texto porque un par de personas me dijeron que les salía el capítulo cortado. Agh, Wattpad... u.u'

No tengo nada más que explicar, disfrutad del capítulo ;)

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Podía ver el paisaje, pasando a toda velocidad, a través de la ventanilla del coche. El cielo azul e infinito, los árboles en pleno esplendor primaveral, el sol resplandeciente. La barrera metálica brillaba y separaba la carretera de la extensa arboleda junto a la que estaban conduciendo. Los carteles azules le indicaban que la distancia que les quedaba para llegar a su destino disminuía kilómetro a kilómetro. En la radio sonaba alguna canción de aquellas modernas cuyo título desconocía, pero que el conductor tarareaba por lo bajo. Aquella voz tan grave, sensual y masculina le relajaba, se le estaban cerrando los ojos y la cabeza le caía hacia un lado...

Una caricia en su mejilla, repentina pero dulce, le sacó de su momento de abstracción.

- ¿Te estás mareando? - Le preguntó aquella voz que casi había conseguido que se durmiera. Ya no cantaba, toda su atención parecía dividida entre él y la carretera.

- No, sólo tenía un poco de ñoña. Esta noche no he dormido muy bien - contestó mientras se incorporaba en el asiento, sin dejar de disfrutar del tacto de la cálida mano de Pau contra su piel.

- Por lo visto no eres el único.

Como si quisiera respaldar aquella afirmación, Carles emitió un sonoro ronquido desde la parte trasera del coche, donde dormía a pierna suelta.

- No creo que sea el mismo caso, seguro que ha estado hasta las tantas mirando sus series japonesas o leyendo.

- ¿Y por qué no has dormido tú?

- Supongo que estaba nervioso - admitió, provocando que Pau esbozara una sonrisa traviesa.

No mentía, estaba nervioso por diversas razones. La primera de ellas era que el tiempo volaba y no sabía qué hacer para detenerlo. El último mes había pasado sin que él se diera cuenta. Todo lo que recordaba era una vorágine de momentos a solas con el moreno, de salidas con sus amigos y clases que cada vez se hacían más pesadas. Horas y horas de trabajo que apenas parecían minutos vistas en retrospectiva. Se le echaba el tiempo encima, estaba a punto de acabar el curso y no tenía ninguna perspectiva favorable para volver a ser doblador, aunque fuera de un anuncio cutre. Sí que le aliviaba por lo de Álex, pero a la vez le deprimía porque era a lo que quería dedicar su vida.

La segunda tenía mucho que ver con Pau. Desde lo de aquel día (1) su relación se había hecho, si cabe, aún más estrecha. No sólo se veían todos los días en clase, sino que quedaban cada vez que Eric tenía fiesta, y muchas veces sin Carles. A pesar de que el pelirrojo le había dicho que no hacía falta que se molestara en ir a buscarle al trabajo, a veces le encontraba esperándole en la salida, con una sonrisa sensual en el rostro que le hacía tragarse todos sus redaños y su vergüenza. Al final, siempre acababan aparcando lo suficientemente cerca del piso para que no tuviera que andar demasiado, pero lo bastante lejos para que nadie les viera. Y así, como lo primera vez, dedicaban unos minutos a explorar unas bocas que, a base de repetir lo mismo casi a diario, ya conocían de sobras. Aunque claro, aquello no le quitaba emoción al momento, y Eric siempre acababa volviendo a casa sonrojado, con los labios húmedos de saliva y una calentura indudable.