𝟐𝟓 | 𝐅𝐈𝐍𝐃 𝐇𝐄𝐑, 𝐏𝐋𝐄𝐀𝐒𝐄

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𝟤𝟧 |𝖤𝗇𝖼𝗎𝖾𝗇𝗍𝗋𝖾́𝗇𝗅𝖺, 𝗉𝗈𝗋 𝖿𝖺𝗏𝗈𝗋

𝟤𝟧 |𝖤𝗇𝖼𝗎𝖾𝗇𝗍𝗋𝖾́𝗇𝗅𝖺, 𝗉𝗈𝗋 𝖿𝖺𝗏𝗈𝗋

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El silencio sepulcral de aquella sala completamente blanca parecía consumir la poca corduda que les quedaba. 

Las paredes acolchadas justo frente a sus ojos comenzaba a distorcionarse a medida que sus párpados comenzaban a caerse producto del sueño, sin embargo aquello jamás sucedía, su organismo simplemente no podía relajarse completamente por lo que sus ojos permanecían cerrados la mayor parte del tiempo, pero su mente trabajaba incluso más rápido que su metabolismo. 

Con el paso del tiempo había comenzado a perder la noción de cuanto tiempo habían pasado allí encerrados, sobre todo desde que su amada había desaparecido misteriosamente, como si su cuerpo hubiese sido desintegrado en su celda, reduciendola a simples átomos. Pero se negaba a creer que ella había desaparecido por cuenta propia, jamás los hubiese dejado allí solos por su cuenta, ella habría regresado. 

Pietro estaba seguro de que algo le había sucedido. 

Los primeros días había gritado por horas en busca de ayuda completamente desesperado, sus compañeros habían intentado tranquilizarlo, pero aquello no había sucedido. Su cuerpo había quedado lleno de hematomas debido a sus sacudidas violentas, el chaleco retenedor que le habían colocado había detenido que Pietro se lanzara a la locura dando vueltas a toda velocidad por su pequeño cubículo. 

Luego de dos semanas allí dentro había desistido a ingerir los alimentos que les proporcionaban, aunque no eran más que un poco de puré de papas con pequeños trozos de carne. Wanda había intentado razonar con él, aunque ella tampoco estuviera dentro de su mayor cordura, no podía permitir que su hermano se dejara ir al muere tan rápido. 

Los guardias de la Balsa habían desistido en la búsqueda de la menor hacía poco más de una semana, no había dejado ningún rastro de su paradero, nadie sabía donde estaba ella o donde estaba el capitán Rogers. Pietro no perdía la esperanza de que volviera, pero cada día se volvía más pequeña, cada día su pecho se comprimía cuando las puertas del elevador se abrían y no ingresaba ella con sus ojos esmeralda y su sornisa brillante. 

La mayor parte de su tiempo se lo pasaba idealizando la idea de que su novia volvía más fuerte que nunca, que ella no estaba tan desnutrida como él, su cabello estaba bien cuidado como siempre y poseía aquel brillo sincero en sus ojos que a él tanto le gustaba. Imaginaba que ingresaba a la habitación utilizando sus poderes para romper los barrotes que los separaban de la libertad y que todos juntos huían a algún lugar donde nadie los molestara. Pero su sueño jamás se volvía real y temía ser consumido por él. 

Por primera vez en mucho tiempo algo llamó su atención fuera de su imaginación. las luces de los cubículos se habían apagado completamente, dejando tan solo las pequeñas rojas que alumbraban una silueta corpuleta acercadose a paso demasiado lento para su gusto. Su corazón comenzó a latir tan rápido como de costumbre, quizá más, sin embargo su decepción fue mayor al ver a un Rogers que no era su Rogers. 

𝐎𝐕𝐀𝐋𝐈𝐀━━━𝘗. 𝘔𝘢𝘹𝘪𝘮𝘰𝘧𝘧 (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora