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Las gotas de lluvia resonaban contra las concurridas calles de China. La gente huía de la lluvia en sus autos, motocicletas, bicicletas o a pie. Algunos afortunados habían visto el pronóstico esta mañana y ahora sostenían su paraguas entre sus manos, otros tantos como He Tian y Mo corrían cubriéndose con lo que podían -en este caso sus chaquetas- de la intensa lluvia.



El primer lugar al que se les ocurrió ir fue por supuesto el departamento del pelinegro, después de todo se encontraban bastante cerca. Al llegar ya estaban completamente empapados, sintiéndose muy incómodos por la sensación de la tela mojada pegada a sus cuerpos. Se quitaron los zapatos y luego fueron al cuarto del más alto, pues este había dicho que buscaría ropa para cambiarse.



A propósito, He Tian buscó su camiseta más grande y se la entregó a Mo, a sabiendas de que a este le quedaría enorme. Para su suerte, el pelirrojo no se fijo en las prendas que se le eran otorgadas y simplemente se metió al baño para poder quitarse la ropa lo más rápido posible y darse una ducha caliente.



—¡¡He Tian!! —al escuchar su nombre, pegó un salto asustado. Se encontraba preparando chocolate caliente -era de las pocas cosas que podía preparar sin intoxicar a nadie- cuando el gritó salió desde el baño. Apurado, se dirigió hacia aquel lugar y abrió la puerta sin tocar, encontrándose con un bello pelirrojo con el ceño más fruncido de lo normal. El chico portaba su camiseta, la cuál era ridículamente grande para él, ya de por sí era algo grande para Tian.



El pelinegro solo atinó a reír enternecido y acercarse para dejar un beso en la mejilla aún algo húmeda. Luego se retiró a buscar su ropa para darse ahora él una ducha rápida, ignorando los reclamos de Mo para que le diera otra camiseta.


Luego de ser echado del baño, se fue hacia el cuarto del más alto para tomar otra prenda que no lo hiciera sentir tan ridículo. Aunque debía admitir que la tela era muy suave...


Al final terminó colocándose una sudadera encima de la camiseta, la cual era lo suficientemente caliente como para poder continuar usando los pantalones cortos que le había dado He anteriormente.


Una vez ambos estuvieron vestidos, se fueron a la gran sala del departamento con sus respectivos chocolates, sentándose uno al lado del otro en el sofá y encendido la tele para ver alguna película, rogando porque pasaran una buena.


Claramente no encontraron nada bueno y terminaron comiéndose a besos en el sofá, manchándolo un poco con el líquido marrón, el cual luego tuvieron que limpiar antes de que se transformara en una mancha permanente.



Más tarde, luego de haber calmado sus hormonas y de limpiar el sillón, cocinaron la cena -más bien Mo cocinó mientras He Tian batallaba cortando una cebolla- y se fueron a la cama. Mo se quitó la sudadera, dejando ver la gran camiseta. Tian sonrió al ver que no se la había quitado.





—Mo, te ves muy lindo con mi ropa —le dijo mientras le hacía un espacio en la cama. El más bajo chasqueó la lengua sonrojado y se metió a la cama, dejándose abrazar por el azabache, pegando su cabeza contra el cálido pecho, logrando escuchar los acelerados latidos del corazón ajeno, sonriendo burlonamente pues eso significa que el gran chico a su lado estaba completamente nervioso, o más bien, completamente enamorado.



Sin dudas, los días de lluvia se habían convertido en sus favoritos.


My sweetheart - TianshanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora