Especial 6- Arian y Adler

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Llevé a los niños al centro comercial. Allí subimos a la segunda planta, allí estaba la zona electrónica, de libros y papelería. Mientras Adler se ensemismaba con las librerías y Arian dibajaba entre lienzos de grandes tamaños, yo me adentré a por una mítica WII y un juego de Just Dance y un Mario Party. No había mejor entretenimiento para dos niños aburridos que eso. Les pedí que lo envolvieran en paoel regalo para que no supieran qué era hasta llegar a casa y fui a buscar a los niños dónde los había dejado.

Estuvieron preguntando todo el camino, casi me dieron ganas de tirarlos por la ventana. Dejé las cajas frente a la televisión y les invité a abrirlos. Se quedaron con la bica abierta, no era la última PS5 pero era lo suficientemente entretenido. Entre los tres la montamos en el salón. Había comprado cuatro mandos y pilas, un centenar de pilas. Me senté en el sofá a verlos aprender a jugar al Mario Party, eran realmente adorables.

—¡Papá juega también!

Adler me dio un tercer mando, no me quedó de otra. No recordaba ni cómo funcionaba eso. Cuando quise darme cuenta Arian estsba grabándonos jugar; si es que al final era idéntica a su madre.

—¡Adler, eso no es de buen hijo!

—¡Pero si te sobran estrellas! ¡Qué más da que te quite cinco!

Me crucé de brazos indignado. Al menos hasta que escuché un par de risas que reconocí. Max y su padre estsban entrando por la puerta corrediza que daba al jardín de detrás.

—¿Perdiendo, Jeon?

—Nunca—respondí señalando con el mando a mi amigo y vecino Charles.

—¡Max, ven a jugar!

El rubio chico se quitó el gorro que cubría su cabellera y se acercó hacia el sofá. Le entregué mi mando deseándole suerte. Me acerqué junto a Charles a hablar de los niños en la cocina. Ambos bebíamos un vaso de vodka escuchando las quejas de los niños mientras bailaban, el Just Dance era una joya de juego.

—¿Y esto de dónde salió?

—Tienen tan poco en común que tuve que gastarme un pastón en buscar algo que les gustara a ambos.

—¿No bailas, Jeon?

—No quiero dejar a mis hijos en ridículo, Charles.

AVERY'S POV

Aún no me creía que Jungkook les había comprado una WII en mi ausencia. Al menos ambos se llevaban mejor desde entonces. Se la pasaban buscándose para jugar y eso de alguna manera me alegraba.

—Una guitarra...

—Sí, eso pensaba comprarle por Navidad—bebió del café sin quitar la vista el teléfono.

—¿Y a Arian? ¿Sabes qué puede querer ella?

Una sonrisa ladina apareció en su rostro.

—No podemos regalarle un Max.

—No, es broma...¿Verdad?

—Avery, eres una madre muy despistada. Nuestra hija está colada por Max desde las vacaciones...

Iba a negarme a tal hecho cuando Arian bajó corriendo con la mochila del colegio diciendo que se iría con Max andando. Adler tuvo que correr tras ella para que no la dejara allí.

—Vale, ¿Qué sugieres?

—¿Yo? Nada, esas cosas surgen solas...¿No crees?

Asentí robándole el café para darle un sorbo. Jungkook me abrazó por la espalda dejando un leve beso en mi cuello, uno bastante cálido.

Giants - JungkookWhere stories live. Discover now