Quackity no se movía, ni siquiera sabía que hacer o qué decir, estaba en shock, por alguna razón, ese tono nuevo en la voz de Roxy lo había hecho tener un sentimiento de nostalgia.

—Te extrañé, Quacks. —Dijo la fémina mientras lo abrazaba con fuerza.

—T-Tú.... —Ambos se separaron del abrazo. —¿Recuerdas todo?

—No... —Roxy sujeto la mano del chico. —Pero... si tú me ayudas, lograré hacerlo, y entonces tu también podrás recordar.

Quackity sintió esas ganas de llorar, cuando vió la mirada de Roxy, la nostalgia lo atacó por completo.

Oh, mi querido Quacks... ¿Qué ha sucedido? ¿Otra vez te traicionaron?

—Deja de hablarme en inglés porque no entiendo tu maldito acento británico.

La fémina rió con diversión, en el pasado, él le había dicho lo mismo, pero con otras palabras y en otra situación.

—Estem... no es por interrumpir oigan, pero los juegos esos ya van a empezar, y el Cr7 no está allá. —Dijo Cochi.

—Cuiden a Vexxie con su vida, cabrones.

—Ya vete, ándale. —Le dijo Beni.

Quackity miró a Roxy y luego se fue por la ventana.

Cuando eso sucedió, ambos primos voltearon a ver a Roxy.

—¿Sabes jugar UNO?

°°°

—Tudu mal, tudu mal. —Bufó Quackity mientras regresaba de Portugal, quitándose la máscara de Cr7. —Puta madre, tres días regresando para acá, ya ni la friegas pinche Sapo Peta.

Cuando Quackity llego al edificio donde se encontraba Roxy, subió por la ventana y entonces notó algo extraño.

—¡No me mires, soy horrible! —Exclamó Cochi.

—¡Primo ayúdanos! ¡Ella es una loca!

—Ay que quejumbrosos, nada más les puse brillo labial y sombritas en los párpados. —Dijo Roxy virando los ojos.

—¡Me derrito! ¡Me derritoooo!

—Si se dejan de quejar, les presento a los secuaces.

—¡Ñenguele! —Cochi y Beni chocaron los cinco.

—Pero a Cochi le voy a presentar a Sapo Peta.

—¡Todo menos eso!

—Ah, pero hace dos días, “Ay, como que si tiene lo suyito”.

—N-No estaba pensando correctamente, ¡El alcohol se me subió!

—Cochi, era alcohol etílico, y ni siquiera lo tomaste.

—Primo dile que ya no me ponga en vergüenzas, dile. —Lloriqueó Cochi yéndose a una esquina.

—Hola Quacks, ¿Qué tal los juegos?

—Perdí, pero no importa. —Dijo burlón. —Mientras le di unos cuantos plomazos. ¿Y tú qué? ¿Ya estás mejor?

—Algo así, pero estuve mucho mejor en compañía de tus primos... no recordaba que Beni fuera más alto que tú.

—Digamos que fue una decisión desesperada que ellos vinieran a... —Quackity frunció el entrecejo. —¿Cómo que no lo recordabas más alto?

Beni se quedó callado, queriendo salir del lugar y buscando alguna forma.

—Beni. —Habló Quackity girandose lentamente hacia el castaño.

—¿Si, primito chulo?

—¿Conocías a Roxy y no me dijiste?

—No pues, a Roxy no la conocía. —Dijo nervioso con la mirada furiosa de Quackity sobre él. —Conocía a Vexxie, no a Roxy.

—¿¡Y por qué no me dijiste, hijo de mi tía!?

—¡Pensé que tenía una gemela!

—¡Pinche Beni!

—¡No, aguanta, suelta esa madre, primo! ¡Vas a desconectar a la Vexxie!

—Nomás porque no sé a qué cables esté conectado, pero luego te voy a partir tu madre, ¡Pudimos habernos ahorrado todo!

—¿¡Oh pues yo que iba a saber!? ¡Ya ni me acordaba de ella!

—¿Entonces Beni sabe inglich? —Preguntó Cochi bien norteado.

—Luego hablamos, vámonos ya o Sapo Peta va a llegar.

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