Sulli hizo una reverencia hacia la dirección del joven Son.
—Gracias por su ayuda—Dijo Sulli, soltando una pequeña sonrisa.
El joven Son sintió su cuerpo removerse al ver esa tierna y dulce sonrisa.
Aquella chica es tan encantadora.
—No fue alguna molestia. Por cierto, lamento mi atrevimiento pero quisiera tener su número de celular—Dijo, mostrándose serio aunque por dentro estaba llorando del nerviosismo.
Sulli sonrió mientras fruncia el ceño, aquella fue una pregunta aunque sonó como una maldita orden.
—¿Usted quiere mi número?—Dijo, intentando asimilar lo que le había dicho.
Son asintió, formando una sonrisa nerviosa.
—Este es mi numero—Dijo, apuntando en un papel.
El joven saltaba de la felicidad, era la primera chica que no lo despreciaba.
—Gracias, usted es m- —Dijo, pero la sería voz del joven Kang se escucho, resonando por el pasillo.
Sulli sintió su cuerpo tensarse, había sentido el verdadero terror.
—¿Que hace hablando es horario de trabajo, señorita Park?—Dijo, manteniendo una postura rectamente sería..
—Disculpe joven Kang, fue mi cu- —Pero, de nuevo Tae-mo estaba interrumpiendo.
—No se lo pregunte a usted, además, solo fue contratado para esa ocasión. No entiendo como es que usted sigue en mi empresa—Dijo, mirándolo fulminante.
—Disculpe señor—Dijo haciendo una reverencia antes de irse avergonzado.
Volteo a verme—Te hablaré luego, tenga un lindo día—Dijo.
Asentí, sonriendole calidamente.
Cúando Tae-mo lo vio irse, no habiendo nadie en los pasillos, este la llevó hacia una habitación de servicio.
Cerró la puerta con cerrojo, la llevó a hacia un lugar apartado, pegándola a la pared.
Sulli soltó un chillido al sentir contacto con la pared, bajó su mirada intimidada por la situación.
El puso sus brazos a los alrededores, evitando que esta pudiera escapar.
—¿Que hacías hablando con el?—Dijo, mirándola con seriedad.
Ella se mordió el labio con nerviosismo, ¿a que venía todo esto?
—No te debería importar—Dijo en un susurro audible.
El rodó los ojos con molestia, agarró con delicadeza la mejilla de la menor, alzando su mirada.
Ella lo miró, con atención.
—Perdoname, linda—Dijo en un susurro audible.
Esta entre abrió sus labios. ¿Acaso había escuchado bien? ¿Estaba disculpándose?
—¿Que?—Dijo, aún sin poder creerlo.
—Fui un completo idiota contigo, debí apoyarte cuando la estás pasando mal. Estoy arrepentido, perdoname, cariño—Dijo, acariciando mi mejilla.
La miraba con atención, con seriedad y con cariño.
—Me heriste con esas horrendas palabras, Tae-mo—Dijo, mirándolo con el ceño fruncido.
Este asintió arrepentido.
—Se que con palabras no solucionarán lo que te dije, pero por favor, perdoname—Dijo.
