◌‧ : O47 :

48 8 1
                                    

Su semana maravillosa había acabado, formalizaron ni bien llegaron y sus hijos no podían estar más que contentos, claro que estaban felices de tener a sus padres juntos, aún no habían hablado sobre si se volverían a casar o si vivirían juntos, querían hacer las cosas bien, no apresurarse ni presionarse, aunque lo cierto era que el pelinegro muchas veces se quedaba en el departamento de Hoseok, porque sí, él se había mudado a su propio espacio una vez que firmó los papeles del divorcio con Jimin.

Era mediodía, Hoseok había llamado a SeokJin para contarle a lujo de detalles una de las sorpresas que su novio le había hecho el día anterior, mientras, Namjoon aún estaba dormido después de que hubieran despertado al amanecer para hacer el amor.

Para el menor, ahora la boda le parecía algo irreal, tan lejana a él, como si se tratara de algo que le había ocurrido a otra persona y de alguna forma, así era, pensó Hoseok, se sentía otro hombre, renovado, con la felicidad inundándolo por el hecho de al fin hallarse con la persona que más amaba, Namjoon.

—Me alegra escucharte tan feliz.

—Lo soy, SeokJin, más de lo que te puedas imaginar —dijo él mientras sentía que Namjoon le rodeaban la cintura y le besaba el cuello— Me tengo que ir, nos vemos más tarde, Jinnie.

—¿Tan temprano y hablando por teléfono? —pregunto Namjoon cuando él termino su llamada, volteo a verlo, vestido con la ropa del día anterior.

—Con SeokJin, necesitaba hablar sobre cosas de Yoongi.

—¿Así?

—Si mi amor—dijo Hoseok volviendo a besarlo. —¿Quieres café? —pregunto él sobre sus labios.

—Bueno, pero primero quiero darte un beso —dijo él dando un pequeño beso— Y otro... y otro...

—¡Ya, Namjoon! —dijo Hoseok entre risas mientras él lo seguía besando en el rostro y el cuello.

—¡Oh, vamos! Lo único que se me antoja para desayunar es mi dulce Seokie.

—¿Otra vez?

—Claro... ¿No te gusta la idea?

—Por supuesto, pero tengo mucha hambre y primero necesito algo de café.

Hoseok se separó de él y saco un par de tazas de la alacena, Namjoon se sentó del otro lado de la barra de la cocina y lo observo con una sonrisa mientras él se movía por la cocina, servía el café y buscaba los ingredientes necesarios para preparar unos homelets, la vida hogareña con el menor era todo un placer que quería compartir el resto de su vida.

—¿En qué te ayudo, Seokie? —pregunto al verlo rebanar unos champiñones.

—Descuida, tengo todo controlado —dijo Hoseok continuando con su labor.

—Bueno... al menos podría sacar algo de fruta.

—Eso sería perfecto... Aunque no estoy muy seguro de que haya en el refrigerador, hace días que no voy al supermercado.

—Déjame ver —Namjoon abrió el refrigerador y encontró un recipiente con fresas—  Parece que es nuestro día de suerte, Hoseokie.

El pelinegro tomo una fresa para dársela al rubio en la boca, pero él frunció el ceño ante el dulce olor de la fruta.

—Definitivamente necesito ir de compras, ya se echaron a perder esas fresas.

—A mí me parece que están bien, Seokie —dijo él revisando la fruta, tras lo que se comió una fresa— Y saben bien.

Nevertheless :: NamSeok ◌‧ :🥀:Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon