CAPÍTULO VEINTICUATRO.

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Espero que el capítulo les guste, si las veo MUY activas comentando, les subo otro cap el domingo 💚💛

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FRANCHESKA.

No dije nada en primera estancia.

Mis ojos simplemente se quedaron trabados con los de él, mientras sentía mi pecho subir y bajar debido a toda su atención puesta en mi persona.

Quería centrarme en otra cosa, pero no podía omitir el hecho de que su boca estaba muy cerca a la mía y yo estaba desesperada por uno de sus besos duros y dominantes.

Amaba la manera como me besaba. Como si su vida dependiera de aquello y yo fuese lo más apetecible que había probado alguna vez.

—¿Entonces? —me presionó.

—Nadie me lastimó, Aleksander —mentí—. Me caí.

—¿De las escaleras o en el baño? —ladeó la cabeza—. Me temo que aún no ha cuadrado muy bien su mentira.

Mi corazón se aceleró porque lo último que yo quería era hablar de aquello. No quería hacerlo. No deseaba recordar lo que había sucedido con mi padre y si estaba ahí, era netamente porque Aleksander podía darme ese escape que tanto estaba buscando.

—No soy un hombre al que debe mentirle, Francheska —levantó de nuevo mi barbilla y me observó con más fijeza—. Siempre soy franco y, de igual manera, espero lo mismo. Lo sabe.

Negué en silencio porque ni siquiera era cuestión de si quería hablar del tema o no. La verdad era que me sentía sumamente avergonzada por todo lo que había sucedido y no quería hablarlo.

No quería decirle a nadie que mi padre, el hombre que tanto amaba y había buscado por años, me golpeó y me trató de lo peor.

Como si de alguna u otra manera el rubio pudiera leer eso en mí, pegó aún más su espalda contra la silla y dejando espacio con la mesa, señaló su regazo.

—Venga aquí.

—¿Qué?

—Estoy seguro de que escucha demasiado bien, señorita Hess. A mi regazo.

Lo miré sorprendida porque, pese a que ambos sí habíamos hecho cosas más fuertes que simplemente sentarme encima de él. Estaba segura de que jamás esperé que fuese tan liberal con el tema y menos en un restaurante público que sí, estaba vacío para los dos, pero igual cualquier persona podía vernos.

—Alguien podría vernos. Recuerde que esta comprometido y...

—Deje que sea yo quien se preocupa por eso, mientras tanto, venga aquí.

Sabía que ese hombre iba a acabar conmigo de alguna u otra persona. Todo comenzó en ese sendero, pero no podía creer por donde ya íbamos y... Obedecí.

Me puse de pie, me acerqué a su persona y teniendo cuidado de no golpearme con la mesa, me senté en su regazo mientras mis manos ibas a sus hombros y nuestros rostros quedaban muy cerca.

ALEVOSÍA  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora