Al llegar a casa, con vendas por casi medio cuerpo mío.
Pero no recibí siquiera una bienvenida, no recibí absolutamente nada lo cual es completamente raro.Mire hacia la derecha e izquierda, esperando el abrazo de bienvenida de mi hermana.. Pero no, nunca llego.
Me saqué mis zapatos así para ponerme mis pantuflas.
Fui hasta la habitación de mi hermana, viendo como la mayoría de sus cosas no estaban.
Solté un pequeño grito, comencé a revisar su ropero.
Había sucedido algo, lo suponía.
Fui hasta la habitación de mi padre, llamé a la puerta así recibiendo la respuesta de mi padre.
—¿¡Que no ibas-—Dijo, pero al verme se calló rápidamente.
—¿Que te hicieron?—Dijo agarrando bruscamente mi rostro.
Solté un quejido intentando sacarme de su agarre, el me soltó bruscamente.
—¿¡Que no sabes que todos te quieren como imagen por tu rostro!?—Dijo señalandome.
Bajé mi mirada, con temor.
—Ella empezó—Dije en un susurro.
—¡Eres una estúpida!—Gritó, golpeando mi cabeza.
Solté un quejido.
—Disculpame, padre—Dije sollozando.
—¿¡Por qué no te defendiste!?—Gritó.
Me quedé en silencio.
—¡Carajo, contestame!—Soltó un fuerte grito.
La ira me estaba carcomiendo, y justo ahora lo quiero asesinar.
—¡Contestame!—Dijo.
—¡No pude defenderme, ella era una salvaje!—Grité entre lágrimas.
—Eres toda una maldita débil, no entiendo como pude ponerme en nombre de mis herederos—Dijo con Decepción.
—Soy tu hija, no deberías de decir eso—Dije.
—No, ¿que harán contigo?—Dijo agarrando su frente.
—Yo trabajo, no necesito tu Decepción—Dije.
—¿No necesitas mi dinero?—Dijo.
—No, no lo necesito. Trabajo yo misma, no sabes, ni siquiera sabrías que duermo aquí—Dije mirándolo con enojo.
—¿Que no?—Dijo—Largate de mi casa—Dijo.
Los escalofríos recorrieron mi cuerpo.
¿Que haría yo?
—¿De qué hablas?—Dije con la voz temblorosa.
—¡Largo de mi casa!—Gritó dándome un empujón.
Cai sentada al suelo, soltando un quejido por el dolor.
—Carajo, no te di tanta educación para que me lo pagas de esta manera, maldita mal agradecida—Dijo mirandome con seriedad.
Me levanté rápidamente, ya queriendo largarme.
—Te agradezco todo, padre. Pero no puedes presionarme, no puedes elegir por mi. Esta es mi vida, este es mi cuerpo y yo elijo mi futuro—Dije, el apretó los dientes, aguantando soltar todo su enojo.
—No quiero ser la imagen de esa empresa, no quiero casarme con alguien a quien no amo. —Dije.
Asintió agarrando el puente de su nariz, suspirando..
