Larry Stylinson - One Shoots.

Ducky

🌼EDITADO🌼

3,5/5🌼

Harry era consciente de su fealdad. Sabía que era considerado el patito feo del Teatro, con sus rizos enredados, manos grandes y rostro que hacía recordar a una ranita adorable. Lo cierto era que le importaba más bien poco, conocía muy bien al ambiente del Ballet como para que unas risitas por detrás le afectaran, además de que consideraba que no podía quejarse de su suerte.
Nadie se había percatado jamás de que Harry era un experto en leer a todo aquel que esté a su alrededor, incluso a ese misterioso bailarín que parecía completamente indiferente al mundo.

[L.S]

-Te juro por Dios que si sigues tratando de convencerme de ir a esa mierda de fiesta, voy a dejarte tirado exclusivamente para joderte la vida.- Harry le avisó muy en serio a su mejor amigo, mejor conocido como "el hombre más hermoso del planeta". Él mismo le había dado ese título.- Te dije que iba a pensar-Lo siento.- Sostuvo al segundo los brazos del bailarín que se cruzó en su camino.- No estaba prestando atención, ¿te lastimé?

-Para nada.- Murmuró indiferente, pero las manos que habían caído en su cintura cuando se encontraron a la fuerza lo apretaron sin el permiso del dueño.- Lo siento yo.

-No te preocupes.- Le sonrió tranquilo, mirándolo directo a los ojos pese a que al chico le costaba mantener el contacto, lo sentía en sus brazos súbitamente tensos.- Ten un buen fin de semana, Louis.

-Igual.- Fue capaz al fin de mirar hacia su costado, sonriéndole cortés a Zayn y alejando las manos de su cuerpo luego de que él lo hizo.- Justo a ti te buscaba.

-Los dejo tranquilos.- Se alejó un paso, abriendo su botella de agua sin mirar.- Zayn, te hablo luego.

-¿Entonces es un sí?- Le sonrió esperanzado, haciéndole rodar los ojos.

-Te hablo luego.- Repitió y cabeceó hacia Louis.- Adiós otra vez.

-Suerte, Harry.- Apenas lo miró, pero Harry lo sabía.

Le encantaría saber el por qué, en realidad. Louis era el arquetipo del bailarín y hombre perfecto: fuerte, curvilíneo, grácil, carismático, encantador, lleno de confianza y talento con una preciosa sonrisa que aceleraba y detenía corazones. Un joven de 23 años que daba sus primeros pasos como bailarín principal en la mejor compañía de Ballet de Leeds, un rompecorazones de los que no quedan, esos que no tienen memoria porque son caballeros y correctos. Era todo eso y más, ¿por qué entonces le tenía ganas a él, el patito feo del Teatro?

Tal vez algún día le preguntaría a Louis, aunque debería esperar a cuando no se ponga todo nervioso al hablarle. ¿Honestamente? Le parecía adorable, halagador también. Pero él era un chico respetuoso con una relación exclusiva, Louis no estaba en su radar.