Jimin agarró el encendedor en sus manos y dejó que el fuego quemara la línea de la única vela en la mesa. La pequeña llama pudo iluminar el cuarto oscuro, las caras de los dos chicos frente a él y el tablero colocado sobre la mesa de café.
Pensó en la vela como lo único en esa habitación capaz de brillar e iluminar, al igual que Jungkook en su vida, la única persona capaz de traer luz a las partes más oscuras de su ser.
Después del cinco de septiembre, a Jimin no le quedó nada que pudiera salvarlo de las garras de su mente. Su única anestesia se había ido, su única llama fue dominada por el fuego hasta que fue solo una chispa lista para ser extinguida.
A Jimin no le gustaba pensar en Jungkook como su salvación, pero de hecho no era solo su novio, era su salvador.
Después de que Jimin conociera los dientes de conejo, los ojos almendrados, la cicatriz en la mejilla y las curvas de su cuerpo, nadie más pudo llamar su atención.
Park amaba cada parte del cuerpo del chico, cada peculiaridad suya, cada rasgo de su personalidad e incluso su maldita falla en mostrar sentimientos.
Lo que antes era solo carnal se ha convertido en una conexión entre las almas y el corazón. Jimin no tardó mucho en descubrir que hacer feliz a Jungkook era lo único que realmente importaba en su vida de mierda.
Esa noche, Jimin sintió que el aire dentro del auto olía a felicidad. Él regresaba del motel junto con el chico que amaba, había probado su cuerpo y alma toda la noche y ahora solo se unían a sus risas mientras la mano de Jeon descansaba sobre el muslo del más pequeño.
Jungkook nunca pudo decir que lo amaba, pero a Jimin nunca le importó eso.
La mayor dificultad de Jungkook fue poder poner sus sentimientos en oraciones coherentes que salieran con una voz buena y alta. Cada vez que el chico intentaba decir esas malditas tres palabras terminaba temblando, tartamudeando y siendo silenciado por un beso de Jimin que aseguraba que el amor es mucho más que palabras y declaraciones.
Mientras Park se declaraba cada tanto, Jungkook se escondía detrás de pequeñas actitudes que demostraban cuánto amaba al pequeño.
Cada semana juntaba sus ahorros para comprar un tipo diferente de flor para el chico de sus ojos al que le encantaba probar nuevas fragancias y alimentar su viejo sueño de ser florista.
Cuando completaron un año de noviazgo, Jungkook lloró tanto que Jimin podía escucharlo desde la sala de estar. Al abrir la puerta del baño, el mayor escondió su rostro entre sus manos, avergonzado por no haber podido ahorrar dinero para comprar los anillos que le quería regalar al niño.
Park no necesitaba preguntar por qué estaba llorando, solo sonrió. Sonrió porque estaba sacando de su propio bolsillo los anillos que Jungkook intentaba ocultar que quería comprarle, y ahora el propio Jimin se los estaba entregando al mayor.
Jeon fue un fracaso y Jimin lo sabía.
El chico perdió a sus padres en un accidente automovilístico, nunca consiguió un trabajo decente y nunca terminó la escuela, por lo que se rindió al narcotráfico y allí permaneció hasta los veinticinco años hasta que un día vio a Jimin casi siendo asaltado por uno de sus amigos.
Jeon no podía permitir que eso sucediera. La piel de porcelana del niño era tan blanca y suave, sus labios eran carnosos y rosados, su cabello era negro y sus pequeños ojos estaban llenos de miedo.
Ese día, Jungkook pudo sentir algo dentro de él nuevamente cuando llevó al niño a tomar un café y se perdió en la curva de su sonrisa y la forma en que actuaba como si todo no se estuviera desmoronando.
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Ouija | pjm + jjk ✓
ФанфикшнHabían pasado trece días después de la muerte de Jeon Jungkook. Choque, vidrio y sangre era todo lo que Park podía recordar sobre la noche en que la vida de su novio fue entregada a los ángeles de la muerte. Jimin no consideró ni un segundo la idea...
