Capítulo 2: Exámenes y Competencias

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El protagonista masculino no fue el único en ser objetivo de Motoki. Yuuki tampoco se libró de sus atenciones, de hecho, le fue peor porque a diferencia de Irie-san terminaba siendo arrastrado a una sesión improvisada de abrazos. Más de una vez tuve que interferir o distraer a mi cariñosa amiga para darle tiempo de escapar. Fue tan gracioso ver a Yuuki dándome las gracias en cada ocasión que lograba salvarlo.

- ¡Es que es tan lindo! ¡Es como un Irie-san en miniatura!

- ¡Aléjate, loca! - gritó Yuki ocultándose detrás de mí.

- ¡Moto-chan! - le llamé la atención con las manos en la cintura. - ¿No ves que lo incomodas?

- ¿Oh? ¿Entonces por qué sigue viniendo a tu habitación cuando sabe que yo estoy allí?

Aquello... ¡Era verdad!

Contrariada miré a Yuuki en busca de respuestas.

- Podría ser... Yuuki-san, ¿Quieres jugar con nosotras?

- ¡¿Qui-quien querría jugar con ustedes?!

- "Es claro que sí quieres." - pensé sonriendo divertida. - Cuando era niña a veces me sentía sola. No tengo hermanos por lo que me sentía triste de no tener a nadie con quién jugar.

Yuuki me miró sin decir nada. Se limitó a apretar la tela de sus pantalones con ambas manos. Esto me preocupó mucho ya que parecía que se encontraba muy ansioso.

Motoki frunció el ceño. - ¿Irie-san no juega contigo? 

- Dice que está ocupado.

- ¿Ocupado? ¿Ocupado con qué? - cuestioné enojada.

En el anime no juega con Yuuki porque ayuda a Kotoko a estudiar para los exámenes. El protagonista no me está ayudando ahora. Ni siquiera estudia para los exámenes, ¡¿En qué exactamente está ocupado?! Fue entonces que caí en cuenta del semblante deprimido de Yuuki. Oh, él también se dio cuenta de eso. Se dio cuenta que en realidad su hermano no quiere pasar tiempo con él. Ver lágrimas amenazando con caer de los ojos del menor hizo que el resentimiento que sentía contra Irie-san aumentara.

- "¡Ese imbécil!" - intentando ocultar mis intenciones asesinas tomé la mano de Yuuki y miré a Motoki. - ¿Qué tal si hoy tomamos un descanso más largo, Moto-chan? ¡A un par de cuadras hay una heladería!

Comprendiendo de inmediato ella asintió. - ¡Perfecto! Vamos de inmediato. - y tomó la mano libre de Yuuki.

Sin darle tiempo al menor de reaccionar ambas lo levantamos por los aires y salimos corriendo de la casa. Sus gritos y protestas fueron convirtiéndose en risas cada vez que lo elevábamos por el aire de camino a la heladería.

Los helados estuvieron deliciosos.

Desde ese día y durante los descansos de estudio Yuuki venía a pasar el rato con nosotras. A veces lo ayudábamos con su tarea, otras conversábamos y de vez en cuando veíamos televisión. Finalmente, los exámenes llegaron y los rendí con tanta facilidad que parecía una fantasía. Motoki, Yuuki y yo celebramos que por fin estaba libre.

Le hice prometer a Motoki que seguiría ayudándome hasta que terminara la escuela y aceptó gustosa, tanto por la generosa paga como porque le gustaba mi compañía y atormentar a Yuuki. Cabe decir que Yuuki protestó al escucharla decir eso último.

El día en que las notas de los exámenes fueron colgados corrí por el pasillo a toda prisa. Me detuve frente al tablero de anuncios y con el corazón en la boca tomé aire y miré el Puesto 50. En la historia la protagonista femenina alcanzaba ese puesto luego de haber sido ayudada por el protagonista masculino. No obstante, mi nombre no estaba en ese puesto, lo cual me causó un susto terrible, eso hasta que mi mirada se desplazó a la izquierda y vi mi nombre... ¡EN EL PUESTO 40!

No Tendré Una Relación TóxicaWhere stories live. Discover now