Espero que les guste, como siempre con todo el amor.
Y ya saben, estoy dispuesta a escuchar sus recomendaciones de canciones para nuevas historias. Pueden comentar este párrafo o bien, mandarme un mensajito.
Les amo, gracias por esperar ❤.
♡♡
Donde Harry sufre por la breve ausencia de su omega y no puede esperar por tenerlo en casa de vuelta.
♡♡
Solo han pasado algunos días, todo ha cambiado con tu partida.
Hacía bastante calor dentro de la casa, una casa que se sentía demasiado vacía. Él se encontraba en el comedor sentado solo mientras comía, pero de alguna forma, su pecho se sentía con un hueco, sabía exactamente lo que era, pero no quería admitirlo. Soledad.
Cuando terminó la comida se levantó y fue hacia el sofá, ahí encendió el televisor y buscó algo que ver. Aunque de nuevo estaba ese vacío. No había nadie sobre su cuerpo, no había cabello plumoso haciendo leves cosquillas en su barbilla, ni un cuerpo cálido que inconscientemente lo marcaba con su aroma floral. En consuelo, solo tenia una manta que había decidido poner sobre su cuerpo, así estuvieran en pleno verano caluroso. Se acurrucó en el sofá, dejando que el sueño lo invadiera, cosa que sucedió teniendo el olor omega cerca de él.
Despertó un par de horas más tarde, el sol se estaba ocultando, podía notarlo desde su lugar gracias a las puertas de cristal que daban al patio trasero. Se estiró levemente, haciendo que sus huesos crujieran en el proceso.
Dirigió sus pasos hacia las escaleras, subiendo con demasiada pereza. Entró a la habitación, donde se sentó en la orilla de la cama, considerando seriamente si debía darse una ducha o no. Quería hacerlo, de verdad que sí, pero sabía que de una u otra terminaría por perderse en el proceso. Si dejaba que el agua se llevara su aroma, perdería la leve fragancia que aún permanecía sobre su piel, el aroma de su omega que se había marchado. Sin embargo, todavía tendría la comodidad de sus sábanas, dónde había un nido creado solamente para él. Agradecía aquello a su chico.
Cerró los ojos, tratando de contener los gimoteos de su lobo, según él, no propios de un alfa. Se dejó caer en la cama, en medio del nido, e inconscientemente comenzó a buscar el lugar donde el aroma era más fuerte, enterró la nariz en una de las almohadas, dejando que pequeñas lágrimas salieran de sus orbes y empaparan un poco el objeto en sus manos. Si le preguntan, nunca admitiría que había llorado.
Dejó salir un suspiro antes de volver a levantarse y decirse por fin a darse una ducha. Salió luego de al menos veinte minutos, no tenía muchas ganas se estar bajo el agua si estaba solo.
Se puso algo cómodo y se metió de nuevo en el nido, dejando que el suave aroma calmara a su solitario corazón, o bueno, quizás no tan solitario, pero si era como se sentía en ese momento. A penas habían pasado un par de días y se sentía como una eternidad, que quería y necesitaba que terminará pronto porque sentía que en cualquier momento terminaría por romperle el corazón.
Se levantó por fin luego de un buen rato. Se envolvió en una de las cobijas del nido y bajó las escaleras de su casa, llegando a la planta baja con suma calma y silencio que llegaba a parecerle aterrador.
Hay platos sucios en la cocina
Y un perro triste que no te olvidaLlegó a pasos lentos a la cocina, lugar que hasta ahora, no había tenido la decencia de limpiar. En serio ¿Cuánto desastre podría hacer una sola persona?

ESTÁS LEYENDO
Larry One Shot's
FanfictionLibro de pequeñas historias que se me ocurren cuando escucho canciones en español. AU