thirty three ──── fight between siblings

En başından başla
                                    

Siguió limpiando, dando miradas de reojo sobre la áurea hasta que se dio cuenta como la herida estaba cerrando. Apenas pasó una hora y ya estaba poco visible así que supo lo que tenía que hacer.

Con las pequeñas tijeras que consiguió, la chica fue extrayendo los hilos, asombrándose de cómo la piel se unía y dejaba solo una línea muy fina, apenas perceptible para sus ojos humanos.

El rostro de Sahily volvió a tener color, incluso los golpes de sus brazos y piernas empezaron a aclararse, sanando con rapidez.

Sahily despertó unas horas después, tomando una profunda respiración. Se sentó, bajando su mano a su abdomen que estaba completamente sano.

──── ¿Estás bien? ──── Raisa cuestionó, llegando a su lado.

Ella asintió, pasando sus dedos por la pequeña irregularidad. Dentro de poco no quedaría ni una señal de su lucha, solo esperaba que su energía hubiera vuelto.

Se levantó del suelo, sujetándose del sofá cuándo se tambaleó. Sus piernas seguían estando débiles y tenía una molestia en su cabeza, consecuencia de haber perdido tanta sangre.

──── Gracias ──── murmuró la áurea, escondiendo sus alas ──── No tenías que haber limpiado ──── dijo, observando lo limpia que se encontraba la casa.

──── No hay problema ──── musitó, cruzándose de brazos ──── ¿Quieres comer algo o acostarte un rato más?

Ella negó ──── Iré a darme un baño y después saldremos ──── comentó, agarrando su espada ──── Vuelvo en un momento.

Sahily subió la escalera, directo a la ducha para quitarse toda la sangre antes que sus hermanos volvieran. Lavó su cabello y eliminó toda señal de haber peleado, incluso se puso una camisa manga larga para esconder sus brazos.

Se puso una falda junto a sus botas oscuras y la chaqueta de Zadkiel. Desenredo su cabello, sintiendo las punzadas de dolor en su cabeza.

Definitivamente no fue su mejor pelea, casi muere por su propia espada y ahora tenía información que no estaba segura si era real o no.

──── ¿Raisa? ──── llamó la áurea, bajando la escalera ──── ¿Dónde estás?

Sahily se quedó parada en la sala al notar las cuatros figuras que llegaron antes de tiempo. Ithiel se lanzó a los brazos de Sahily, cerrando sus ojos al sentir que estaba bien.

Las manos del áureo agarraron el rostro de su hermana, evaluándola. Todo estaba completo, incluso su mirada suave que solo recibía cuándo sabía que había algo mal.

──── Quiero ver la herida ──── él dijo, bajando su mano al abdomen de Sahily ──── Sé que está ahí, lo sentí.

La áurea agarró su mano, entrelazando sus dedos ──── Estoy bien. Ya sané ──── lo tranquilizó.

──── Pero el dolor sigue ahí, ¿no? ──── dijo, arqueando una de sus cejas ──── Latente, como una molestia.

──── Puedo controlarlo, ahora tienes que cerrar la conexión ──── pidió, sin querer que siguiera sintiendo todas sus molestias.

La mirada de la áurea fue a Zadkiel, observando sus gestos tensos y como sus manos estaban cerradas en puños, controlándose a sí mismo. Le dio una suave sonrisa, esperando que fuera lo suficiente para darle tranquilidad.

──── ¿Quién te hirió? ──── Ezer cuestionó, congelado a su lado.

──── Demonios, probablemente cinco ──── contó la áurea ──── No dijeron nada importante ni tampoco quien los envió.

ÁUREOS ✔Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin