Capítulo 11 - La nevada

375 30 1
                                    

Han pasado ya tres horas desde que Sam llamó y nos dijo que no podrían volver a causa de la gran nevada, por lo que seguimos en la cabaña solos, ni siquiera el servicio se encuentra con nosotros en este momento y en el exterior, ya está oscureciendo. Me levanto del sofá bajando la tele para que Adam no se despierte y me dirijo hacia mi habitación, tengo que sacar las cosas de Sam para poder llevarlas a su cuarto, y la verdad es que... ¡tiene muchas cosas!

Saco un par de maletas que se encuentran debajo de la cama de ella y coloco en su interior toda la ropa que hay esparcida por la habitación, una vez las tengo todas llenas de sus cosas, las saco al pasillo poco a poco, una a una, hasta que suena el teléfono y tengo que atender. Salgo corriendo escaleras abajo parando donde esta Adam para ver si sigue durmiendo, y efectivamente, yo debo coger el teléfono.

- ¿Noah? Soy la Directora Wyne, sentimos que os encontréis en la cabaña solos en unas dos horas llegarán todos vuestros compañeros y el servicio de las cabañas, la nevada ha cedido y a causado varios destrozos en los internados, los bomberos nos han comunicado que no están bien construidos, por lo que, vamos a trasladaros a todos a las cabañas de donde os encontráis y estaréis a las clases a partir de enero desde los ordenadores portátiles que os serán entregados estas navidades. Tened paciencia y no salgáis de la casa en ningún momento.

- Si directora, avísenos si hay algún otro contratiempo.

- Muy bien, buenas noches, Noah.

- Buenas noches directora. - y entonces se cuelga la llamada, ¿cómo puede una nevada causar tanto daño?

Me dirijo de nuevo a la habitación, pero caigo al suelo al no ver las maletas que he colocado minutos antes en el pasillo, lo que hace que el ruido al caerme sea mucho mayor, al cabo de muy poco tiempo, Adam se encuentra detrás mío jadeando y medio dormido.

- Noah, ¿estás bien? - me tiende la mano y me ayuda a levantarme - Qué susto me has dado.

- Perdona, no he visto la maleta y he tropezado, puedes volver a dormirte, puedo terminar esto sola - voy camino hacia la habitación lentamente, parece que me he hecho daño en el tobillo, como más ando más dolor tengo.

- ¿Te has hecho daño, verdad? Déjame ver ese tobillo anda, ven que te llevo a tu cuarto - me coge en brazos, no le rechisto, necesito que alguien le eche un vistazo a mi tobillo.

- Mmm... tiene pinta de ser un esguince, voy a ir a por vendas para inmovilizarlo y evitar que se ponga peor. - asiento con la cabeza.

Pasan unos minutos hasta que Adam regresa a la habitación con un botiquín de primeros auxilios, se sienta a mi lado y alza mi pie poniéndolo en su regazo, haciendo así más fácil el hecho de tener que vendar mi tobillo.

- Deberías descansar un poco, es decir, quedarte aquí sin mover ese tobillo mientras se le pasa el hinchazón, es la forma en que se te curará más rápido.

- Pero... tengo que terminar de hacer el cambio de habitación o Sam se enfadara conmigo, y para una amiga que tengo...

- ¿Cuando vuelven?

- En unas horas... - me levanto de donde estoy y me señala con aire amenazador.

- Ni se te ocurra, yo me ocupo, de todas formas, el que se cambia a esta habitación soy yo, duérmete un rato, seguro que cuando despiertes ese tobillo estará bien.

- Esta bien, gracias.

- No hay de qué, ¿Para qué están los amigos?

Adam empieza a mover muebles y maletas de una habitación a otra, reorganizando la habitación y desmontando la cama de la otra habitación, dando por sentado que aquellos dos querrán dormir juntos. Mientras, como no puedo dormir por el escándalo que hace Adam, me pongo a dibujar y a escuchar música, cosa que hace que me relaje y caiga dormida.

Save MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora