Simplemente Tú

Celos

( Capítulo 8)

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Bankotsu había pensando y pensando luego de aquel café se había dirigido a su apartamento a ducharse nuevamente para poder ver si de ese modo lograba despejar un poco los malos pensamientos que agobiaban su mente.
El moreno dejaba correr el agua por su bien formado cuerpo mientras cerraba sus ojos, recordando a su pequeña Kag.
Sobre todo en la tantas cosas que habían compartido con su hermosa ex-prometida durante los cuatro año de relación que habían tenido  y no podía dejar de arrepentirse y recriminarse de haberse prohibido tanto con ella y solo por temor a lastimarla.
Para el moreno las Azabache siempre, sería un frágil cristal.

-- Ella será mía --

Las palabras de Taisho no dejaban de resonar como un eco en su mente una y otra vez y no pudo soportarlo más.
Bankotsu había evitado por todos los medios ir hasta la casa del platinado pero el debía saber si Kagome se econtraba allí, necesitaba sacar esa opresión que sentía en el pecho.
Decidido por un impulso del momento, salió de la ducha y se alistó para luego de esto, ponerse en marcha.

El ojiazul había elegido un atuendo elegante pero que a la vez dejaba acentuar su muy bien trabajado cuerpo, tomó las llave de su auto y se puso en marcha, ya que sabía tenía unos 40 minutos de viaje hasta la dirección que le había otorgado Naraku, la colocó en su GPS y se dirigió hasta allí.

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Bankotsu había llegado a la ostentosa residencia de Taisho y veia el timbre con dudas sin saber si debía seguir adelante o simplemente marcharse de allí y ya.
Pero su lado impulsivo ganó  nuevamente, ese mismo lado que últimamente había parecido en él, decidido tocó esperando a que todo esto, no terminara mal. 

Sesshomaru colocó las llaves en la puerta y abrió llevándose una gran sorpresa, al ver quién era el que se econtraba de pie frente suyo.

-- No puede ser cierto, a caso quiere que lo mate? --

Sesshomaru miró hacía atrás buscándola a ella, aunque sabía bien que eso sería imposible, el la había dejado en su apartamento  solo minutos atrás.

__Valiente, eh-__

El Platinado fue el primero en romper el silencio, cruzándose de brazos mientras se apoyaba en el marco de su puerta.

__ Kagome... Ella se ecuentra aquí?__

Los azules no se despegaban de los dorados eran prácticamente iguales de altura y tamaño.
Sesshomaru negó con la cabeza y sonrió.

-- Ahora no se ecuentra aquí pero hace un rato si las paredes hablaran, estarías llorando como bebé --

No, claro que no debía decirle eso, pero el ojidorado siempre había tenido ese lado malvado sobre todo cuando alguien no le agradaba pero está vez quería ver que es lo que el hombre que tenía en frente deseaba, pero si de algo tenía la certeza y es que hasta el momento despreciaba más que a nada en el mundo al moreno.