Jaque Mate [El Juego Final] ©

Capítulo 52: El Ultimo Piso.

Último piso.

El elevador subía a toda velocidad hacia aquel piso tan alto.

Y yo sentía los pelos de punta por todo mi cuerpo, especialmente por qué me di cuenta de lo silencioso que se volvió ese viaje en el ascensor, ya que estaba solo. Muchas cosas pasaron por mi mente, por un lado me arrepentí de estar haciendo esto y dejar a todos allá abajo, pero por el otro, las ganas de saber quién estaba allá arriba creían y creían.

Yo sabía que... si era quien estaba pensando, nunca me iba a arrepentir de venir.

El ascensor se detuvo y me preparé. Las puertas se abrieron y observé un piso que... nunca antes había visto, estaba en remodelación o quizás aún no estaba estrenado. Estaba medio oscuro y había sacos de cemento y herramientas por todos lados. Mire a todos lados, no había nadie. Solo ví una puerta que estaba medio abierta en el pasillo de la derecha, mi instinto me dijo que caminara hacia allí. Lo hice lentamente, sosteniendo el arma siempre, cuando llegué pase la puerta y vi unas escaleras que iban hacia arriba, en dónde quedaba otra puerta.

Subí y sin mucho rodeos abrí la puerta.

Lo primero que me recibió fue una brisa abundante y fría que sacudió mi cabello, miré hacía arriba y presencié el cielo oscuro de la noche. Estaba... en la azotea del edificio, desde aquí se podía ver la cuidad de San Diego a la perfección, esos edificios iluminados daban una vista hermosa...

Pero olvidando todo eso. Pude ver a la persona que estuve buscando. Mis cejas se alzaron y debo admitir que no supe que hacer, pensé que estaría más escondida pero no, estaba parada a unos centímetros del borde del edificio, de espaldas, vestía de negro y usaba una capucha que cubría la parte de atrás de su cabeza.

Lo raro era que no se daba la vuelta.

Mire a ambos lados y avance unos pasos.

¿Quien eres? La pregunta resonó en mi cabeza.

¿Que es lo que quieres?

Avancé más y más.

Estaba ya un poco más cerca, pero ahí parado, no sabía que es lo debía hacer ¿Debía tomarlo por sorpresa? ¿Debía levantar mi arma? ¿Debía hablarle? ¿Que? ¿Que hacía?

Pero en el momento más inesperado, ELLA habló:

—Lograron vencer a Lucas después de todo...

Mis manos se pusieron frías de nuevo, mi cuerpo se quedó inmóvil y mis latidos... no supe si iban rápidos o lentos. Solté el arma, o más bien... se me resbaló lentamente de las manos, cayendo al suelo instantáneamente, pestañee como si no pudiera creerlo.

Esa voz, yo sabía de quién era.

—¿Ana?

Ella permaneció unos segundos inmóvil, hasta pude oír como su respiración se acelero. Luego hizo lo que llevaba esperando mucho tiempo, se dió la vuelta y se quitó la capucha.

Nunca pensé volverla a ver de nuevo.

Su pelo largo cayó y fue sacudido por el viento de aquí arriba. Su rostro todavía tenía muchas heridas pero parecía como si ella misma se hubiera encargado de curarlas, su cara seguía siendo la misma que había visto siempre. Mi mente no supo cómo reaccionar, de nuevo, me sentí confundido. Hasta que las palabras que Daniel me había dicho una vez rodaron por mi cabeza:

No, Eddi, lo que hiciste no lo hubiera hecho cualquiera. Lo hace alguien que está apegado emocionalmente al enemigo y eso es principal error en este trabajo.

Apegado emocionalmente.

¿Era esto lo que me pasaba?

¿Aún tenía sentimientos por ella?