Cuando creí abrir mis ojos, lo primero que pensé fue en cómo el haber nacido así me había condenado. Nada de lo que ocurría tenía sentido. Castigado por algo que jamás decidí tener. Que además odiaba tanto como ellos lo odiaban. No era mi culpa. No es mi culpa.
Cuando descubrí su nombre, sentí que era una maldición, y ahora lo pienso aún más. Pectus excavatum. Pecho hundido. Una deformación. Una maldición. Era de extrañar cómo nos metían a todos en una misma bolsa para tratar de mejorar al mundo.
La vieja y bendita idea de generar un Mundo feliz, donde solo existan los seres "normales". La antigua Grecia Espartana hecha posmodernidad. ¿De qué me sirvió tantos años de estudios? Tratando de mejorar, de saber más y más para servirles de la mejor manera. Ahora no veía nada más que oscuridad, y solo oía silencio. Privado de todo contacto, me resultaba odioso y traumatizante estar así. Solo esperando la muerte. Solo saber que el momento de salida sería el momento en que partiese arrastrado por el pasillo por el cual me trajeron. Lleno de sangre y apestando a metal. Querían demostrarle a Dios los errores que cometió en habernos hechos erróneamente. Querían decirle con hechos que no mande más a la tierra seres tan despreciables y dispersos de la normalidad. Querían decirle que mandara el "cielo" de Adán y Eva nuevamente. Entrar en el camino directo de la selección natural forzada, donde el diagrama de flujo daba directamente a la normalidad. Lo que iba en el camino de la derecha se eliminaba. Se encerraba y se dejaba morir.
Ahora estaba aquí. Vaya a saber dónde. Solo con mis recuerdos y maneras de pensar que me llenaban de una insanidad mental que jamás creí vivir. Me arrepentí de haber llorado tantas veces por cosas efímeras. A mi mente vinieron tantas situaciones tontas por las cuales ahora me causaban una especie de gracia. Si pudiese decir gracia en este momento.
Si tan solo pudiese ver el sol una vez más. Recordar cómo se sentía sentir ese calor tenue. Pero nada de ello parecería volver, estaba aquí atrapado. Encerrado en una caja. Día y noche. Noche y día. Para mí era lo mismo. Nada compensaría la noche o el día. Todo era igual.
Mi cuerpo se doblaba en un ángulo casi de 45 grados sobre una pared fría, destinada a brindarme albergue para toda mi vida. Estaba desnudo. Estaba sudado y ensangrentado. Al menos creía que lo que sentía era sangre. ¿Cuánto tiempo hacía que estaba aquí dentro? Era difícil saber cuándo todos los días parecían lo mismo. Mis manos estaban atadas con una extensión de las paredes de mi cubículo. Eran cadenas. Gruesas y chirriantes. Me permitían solo un movimiento de desplazamiento leve. No podía juntar mis manos, solo quedaban en una posición de crucifixión que me hacían sentir cómo se desgarraban los músculos por dentro. Había momentos que no las sentía, y pensaba, al fin se me desprendió el brazo. Al fin empecé a morir. Pero luego la sensación volvía. Y volvían mis esperanzas de seguir vivo. De que esta pesadilla no pase más.
Mi cabeza gacha, la oscuridad tendida sobre mí como si fuese un manto que me atrapaba y no me dejaba respirar. Se robaba el poco oxígeno que había en derredor. Ahora solo quedaba sentir el frío de la muerte que llegaba y no se hacía presente.
La vida parecía una vil mentira. Era extraño sentir que el momento de dormir parecía más satisfactorio que el despertar.
Otra vez esa sombra que cruza... Siempre detrás de los barrotes se veía una pequeña luz que resplandecía. Me preguntaba si era el sol, o tal vez algún tipo de fuente luminosa que proyectaba sobre un espacio reducido parte de su esplendor para calmar mis ansias. ¿Mis ansias de qué? ¿De vivir? ¿O de morir? Lo extraño de todo esto era pensar cómo no escuchaba a nadie más, cómo pensar que éramos tantos los sacrificados a este mismo destino y sin embargo seguir solo me desesperaba. ¿O tal vez yo fui el único malnacido que debía ser desterrado de todos para que creen la sociedad perfecta? Pero el seguir pens...

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CONDENA GENÉTICA
Horror¿Podrá Dios dejar de enviar personas con deformidades a este mundo? Veremos si mostrándole lo perjudicial que puede ser esto hace caso de una vez.