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las terapias duraron seis meses. jungkook fue diagnosticado con estrés post traumático y sintomatología de ansiedad y aislamiento. con todo, después de mucho esfuerzo, jungkook mejoró considerablemente rápido.

su madre también recibió ayuda, sobre todo orientación, para saber que hacer una vez terminado el tratamiento.

aunque hubo algo que seguía siendo un reto para jungkook después de tantos meses: la interacción con otros niños.

perdió un año escolar y pronto iniciarían de nuevo las clases, lo que lo tenía un tanto nervioso. su madre nunca le exigió reintegrarse a la escuela, le importaba más su salud mental y espero a qué él estuviera listo. además, aquel año sabático sirvió para ahorrar suficiente para inscribirlo en una escuela diferente y ganar nuevos amigos.

namjoon ya no era más su psicólogo, no sólo por qué el tratamiento psicológico había concluido, sino por qué fue inevitable que ambas partes no se encariñaran y antes de romper el profesionalismo en su labor namjoon decidió dejar de tratarlo como paciente una vez ya no fuese necesario. a su vez, los jeon conocieron a la familia de aquel peligris que tanto les había ayudado y pronto jung an encontró en namjoon y su pareja una amistad que tanto necesitaba.

                             [...]

— gracias por cuidarlo un rato, namjoon-ah — dijo la mujer al ver cómo su hijo corría hacia ella, abrazando sus piernas en el acto mientras ella ordenaba algunos de sus cabellos revoltosos.

— no hay de que, sabes no es ningún problema — respondió namjoon dirigiendo su mirada al menor de los tres.

— mami, hyung me dió unos chapssaltteok muuuuy ricos, ¡tenían chocolate! — dijo muy emocionado jungkook.

— jinie preparó algunos temprano y traje al trabajo, quise que jungkook los probara — namjoon se acercó a dónde se situaban madre e hijo.

— es muy amable de tu parte namjoon.

— hyung, dígale a seokjin hyung que cocina muuuy delicioso — sonrió enormemente a su mayor. y es que a jungkook le gustaba mucho pasar tiempo con sus hyungs cuando su mamá estaba ocupada. 

— por supuesto que le diré. tal vez la próxima vez puedas ir a ayudar a jin a prepararlos junto con jimin — propuso namjoon.

jungkook solamente asintió tímido, le gustaba pasar tiempo con seokjin, pero aún se ponía tímido con jimin, no por que jimin fuese malo con él, simplemente le costaba volver a abrirse con otros niños y acostumbrarse a ellos.

— con mucho gusto iremos — intervino su madre. sabía que aún le costaba relacionarse con los demás, pero también sabía que genuinamente quería ser amigo de jimin, solo no sabía cómo acercarse.

— por supuesto — respondió namjoon, agachándose para estar a la altura del niño — no te preocupes, jugarás con jimin cuando te sientas seguro, sé que él lo entenderá.

luego de unos minutos más hablando, madre e hijo de despidieron del psicólogo con una leve reverencia antes de salir del despacho.

— ¡nos vemos luego, señor hyung! — se despidió nuevamente desde la salida jungkook, agitando su manita de un lado a otro.

— ¿señor? aún no estoy tan viejo — dijo para sí mismo. fue algo divertido y vergonzoso de escuchar, pero al final para jungkook él ya era muy grande. al parecer seokjin le había mentido al respecto, tal vez debería empezar a utilizar también de esas mascarillas que se aplicaba su pareja en las noches. un casi imperceptible sonrojo se instaló en sus mejillas por el pensamiento de estar envejeciendo cuando aún no sobrepasaba los treinta.

                            [...]

— ¡jungkookie, apúrate! — llamó la mujer desde la sala. jung ahn estaba terminado de alistarse para irse a su trabajo de fin de semana. el niño rápido llegó a dónde su madre, luciendo orgullosamente su playera manchada de muchos colores de pintura que nunca pudieron caer.

— amor, ya te he dicho que esa no es una playera para salir, está muy manchada. — regañó suavemente.

— pero son de las pinturas que me regaló seokjin hyung — reprochó él. — a mí me gusta, mami.

su madre hizo un gesto de inconformidad, no le gustaba ver a su hijo con ropa que daba una apariencia de "vieja" o "sucia".

— mira mami — dijo jungkook señalando una parte de la playera. — está mancha se parece a shooky.

jung ahn rió ante ello. su hijo tenía razón, si que parecía aquel personaje de la serie de tanto le gustaba.

— si, después le dibujaremos la carita y será una playera de shooky.

— ¡¿de veras?! ¡¿puede ser ahora?! — gritó emocionado ante la idea. jungkook regresó corriendo hacia el cuarto, el sonido de cosas moviéndose siendo lo que se escuchaba hasta la sala. pronto el niño volvió un poco menos entusiasta. — ¿puedes decirme dónde está el pulmón negro? no lo encuentro, mami.

bueno, ¿quién era ella para negarle algo a su adorable hijo?

por que quizás sus razones para evitar que jungkook saliera con esa playera era por que no quería que hablaran de su hijo, que lo mirarán mal por no llevar ropa "adecuada", que se burlaran de él por qué su madre no era capaz de comprarle ropa presentable.

podía soportar que hablaran de ella, pero de su hijo jamás.

¿pero qué tenía de malo que saliera así a la calle de todas formas? la playera no estaba sucia, solo manchada. si lo pensaba bien parecía una pintura en tela. además le gustaba mucho a jungkook.

si su hijo se sentía cómodo con esa ropa, ¿por qué debería preocuparse por otra cosa?

sí, no importaba nada más.

su pequeño de siete años tenía la libertad de tener autonomía en su vestir y nada le negaría ser tan creativo y divertido con su ropa como él quisiese.

después de todo, era solo un niño.

— mi cielo, lo haré al rato, ¿de acuerdo? ahora mamá tiene prisa y tú vienes conmigo.

— está bien, mami. ¿me puedo quedar con la playera?

la mujer sonrió amplio para él. — si amor, puedes llevarla. — y jungkook no pudo estar más feliz por eso. — ahora apúrate y recuerda llevar tus juguetes para al rato.

era un sábado por la tarde y la rutina que había creado durante un año los abrazaba nuevamente.

jungkook hizo caso a su madre y se apresuró a guardar sus cosas en su mochila de roja. se aseguró de que no faltara nada: la mitad de paquete de galletas que encontró en la cocina, su juguete de iron man, su libreta favorita y sus crayolas de muchos colores.

sin duda el iron man estaba de más, sobre todo cuando él sabía que la libreta y las crayolas eran suficiente para que no se aburriera. pero bueno, necesitaba a quien mostrarle sus dibujos mientras su madre hacia la limpieza de la casa a la que iban.

— ¿ya estás listo? — jungkook tomó de la mano extendida de su mamá una vez terminó de colocarse su mochila.

— si mami.

— muy bien, prometo apurarme y de regreso veremos la película que tú quieras.

— ¿el planeta del tesoro?

— el planeta del tesoro, es un hecho.







⋆ the boy of colors; kth + jjk Where stories live. Discover now