CAPÍTULO 42

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Habían pasado 5 días desde que Adam y yo nos habíamos reconciliado. Adam tenía ahora mucha barba, su cabello había crecido y tanto a él como a yo teníamos el cabello totalmente maltratado por la sal del mar. Habíamos adquirido una nueva rutina. Ahora apenas al levantarnos nos íbamos a bañar juntos al mar, con las mismas precauciones de antes; Adam caminaba delante de mí para no verme en interiores. Él  había cambiado su actitud conmigo, ahora era más tierno y más comprensivo. Mucho más amable. Me besaba toda la cara cuando estábamos cerca, nos abrazábamos sin motivo muy fuertemente, ya no me buscaba para seducirme, ahora me respetaba mucho más.

Los dos habíamos bajado de peso y con un poco de suerte el menú cambiaba. En ocasiones era coco o pescado asado. Adam consiguió un palo y en la punta amarramos una varilla de mi brasier desdoblado. ¡SÍ! Una varilla de mi sostén de copa. Aún recuerdo cuando se le ocurrió esa idea.

<Recuerdo

-no sé si pueda seguir aguantando con esto- se refería al coco que tenía en su mano.

-no hay más-dije comiendo

-podemos pescar-dijo raspando la pulpa de su coco.

-¿cómo? No tenemos red Adam.-dije entrecerrando los ojos.

-pero podemos hacer una lanza.-dijo levantando un poco los hombros como si lo hubiera tenido planeado desde antes.

-¿ah sí?-dije y lo miré muy concentrado comiendo su coco.-quiero ver cómo lo haces porque aquí no hay materiales para hacer una lanza.-dije menospreciando su idea. Adam dejó de comer y me miró muy serio.

-párate-me ordenó dejando el fruto en la arena. Yo le hice caso. Adam se alejó de mí para buscar un palo de aproximadamente 1,30 metros. Se acercó a mí con el palo en su mano. Me vio a los ojos muy profundamente y con una casi sonrisa en su rostro me dijo- sácate el brasier- Yo quedé paralizada, ¿qué tenía que ver mi brasier con la lanza que él quería hacer?.

-¿qué? No me voy a sacar el brasier-dije retrocediendo un paso de él y colocando mi mano en su pecho para que no se acercara. Yo estaba seria, de verdad no lo iba hacer. Adam tomó mi mano y la apretó con dulzura.

-tienes que sacártelo. Necesito la varilla... ¿el tuyo es con varillas no?-dijo serio. Como si fuera lo más normal del mundo hablar del tipo de sostén que utilizo. Me ruboricé de inmediato, volví a retroceder.

-¡oye!-reclamé. No tenía argumentos. Me había quedado sin palabras.

-¿quieres comer otra cosa sí o no?- dijo rodeando sus ojos.

-sí pero....-dije y me interrumpió ver a Adam cerrando los ojos y estirando su mano como tratando de decirme "ESTOY ESPERANDO QUE ME DES TU BRASIER"- ok..ok pero date la vuelta para que me lo pueda sacar.

-sácatelo debajo de la camiseta.-dijo normal

-¿qué eres loco?, no lo voy hacer-dije seria-voltéate.

-está bien, lo que tú digas amor- Adam se estaba volviendo un poco bromista. Muchas veces no sabía cuándo hablaba en serio y cuando no.

Saqué mi brasier con cuidado y se lo di. Adam hizo el trabajo de sacar la varilla con cuidado mientras yo estaba alejada de él con mis brazos que cubrían mis pechos aun cuando tenía la camiseta encima. Una vez que Adam sacó la varilla se acercó a mí y yo sabía que algo se tramaba porque sus ojos estaban oscuros, como si haría algo para seducirme. Se acercó a mí y puso sus manos en mi cintura, yo la verdad con las manos cubriendo mis pechos me encontraba indefensa ante él. Adam sonrió al ver mi nerviosismo y en el momento menos esperado rasgó un pedazo de mi camiseta. Me asusté, pensé que había sido mucho el corte, pero no fue así. El pedazo de mi camiseta que arrancó le sirvió para sujetar la varilla al palo, formando una especie de inyección gigante.>

SECUESTRADOS (Adam Levine y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora