CAPÍTULO 40

1.8K 89 10
                                    

****

Ocho días después. Ya todo se hacía rutina. Levantarme primero que Adam, ir al mar a bañarme aunque sea con agua salada, tener mojada mi ropa hasta que el sol mismo la secara, esperar que Adam se levante, consiguiera algo de coco para comer, conversemos. Busquemos más leña para la fogata, etc. Todo estaba aburriéndome más o igual que a Adam. Mi ropa empezaba a desgastarse y a estirarse, incluso mis zapatillas; todo me quedaba muy flojo. La situación con Adam seguía se había hecho más estrecha. Nos besábamos cuando queríamos sin ningún tipo de remordimiento. En algunas ocasiones lo besé imaginando que era Steve pero no se lo había dicho por respeto.

Después de haber bebido agua de coco, Adam me observaba de pies a cabeza. Yo ya estaba acostumbrada a sus miradas seductoras que morían en el intento de conseguir su cometido.

-¿qué pasa?- dije despreocupada

-párate- ordenó. Adam era un poco mandón.

-¿para qué?- pregunté sin darle importancia a lo que me pedía.

-quiero ver algo, párate.-dijo y lo hice me paré. El seguía viéndome de pies a cabeza.- ¿te has dado cuenta verdad?

-¿de qué? ¿Qué eres morboso? Ah sí, si me he dado cuenta, desde que llegamos de hecho- dije sarcásticamente.

-¡No!- sonrió. Se acercó a mí y puso sus manos en mi cintura. Metió la punta de sus dedos en mi pantalón para levantarlo y bajarlo apenas unos centímetros- has bajado de peso-dijo mirando mis labios. Yo no había pensado en eso. Pero era obvio, si no comíamos arroz, ni hamburguesas sólo coco.

-sí, es verdad pero no me había fijado- dije y me separé de él.

-te ves bien- dijo y me abrió los brazos para que me acercara a él a abrazarlo. Lo hice y escuché su corazón.-siempre te has visto bien.-concluyó.

-¡y ahora me lo dices!- dije seria

-nunca es tarde- dijo y sentí que sonrió.

-Adam extraño mi vida en California-dije cambiando de tema un poco.

-yo también- me abrazó más fuerte, se separó de mí luego y me tomó de la mano para llevarme hasta la palmera. Se sentó arrimando su espalda en ella y me hizo señas para que me sentara en medio de sus piernas estiradas. Lo hice. Adam me abrazó por detrás poniendo sus brazos alrededor de mi vientre. Ya no sentía vergüenza. Ya me daba igual. Respiró profundo- lo que más extraño es la soledad de mi cuarto.

-¿por qué?-pregunté girando un poco la cabeza para que Adam pudiera acercarse a mi oreja y hablar.

-porque ahí encontraba paz, podía ser yo mismo, sin cámaras, sin gente mala, sólo era yo y nadie más.- dijo serio.

-yo extraño a mi familia-dije

-pero me dijiste que no eran de aquí-replicó

-no son de aquí pero igual los extraño. En realidad extraño todo. Mi trabajo, mi amiga Jade, mis cosas, mi celular-dije apenada

-¡Awww! Lo de tu celular fue mi culpa, ¿cierto?, lo siento-dijo arrimando su boca a la parte trasera de mi oreja.

-no te preocupes, valió la pena- dije sobando sus brazos. Adam volvió a tomar aire como para tomar valor para decirme algo.

-_____-me nombró

-aja!- afirmé.

-¿has pensado en tener hijos?-preguntó. Y la verdad esa pregunta no me la esperaba.

-¿por qué me preguntas eso?- dije sonriendo

-otra vez con lo mismo tú. Deja de contestarme con otra pregunta- hizo cosquillas en mi cuello.

SECUESTRADOS (Adam Levine y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora