Capítulo 8

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Maraton 1/5

— Vamos a casa, Lisa — Jihyo quiso tomar la mano de su pequeña pero esta la apartó.

Jihyo creía que se había acabado su felicidad de poder tocar a su hija  pero esta habló preocupada.

— Lisa no puede... Yo no puedo ir a casa, almorzar con gatito — señaló a la mayor quien ya se acercaba al ver lo sucedido.

— Invité a Lili a almorzar conmigo al salir del hospital, espero que no les moleste.

— A nosotros no nos molesta, lo que pasa es que... — el matrimonio Manoban se vio a los ojos con algo de preocupación y Jennie lo notó.

— A Lisa le da pánico los restaurantes, en esos lugares hay mucho ruido y ella tiende a asustarse hasta... Hacerse daño — dijo Daniel a lo cual Jennie abrió sus ojos sorprendida viendo a Lisa.

A Lisa le avergonzó lo que su padre dijo y agachó la cabeza al ver los ojos de Jennie preocupados sobre ella.

— L-Lisa no lo hará... Lisa quiere... Yo quiero ir con Jennie...

— Pero Lisa, tu...

— ¡Lisa quiere ir! — gritó no conteniendose asustando a los presentes.

— Está bien Lisa, pero calmate — empezó su madre al ver ya el estado alterado de su hija.

Así que Jennie intervino, nunca había visto a Lisa de esa manera, tan furiosa y desesperada.

— Lisa, escucha — empezó acercándose calmadamente — Sí irás pero no debes gritar así, trata de calmarte, mira como tus padres están asustados al ver tu estado alterado — señaló a los mayores y Lisa giró su rostro observandolos — No todo se arregla a gritos Lili.... — elevó su mano para acariciar su mejilla luego de que Lisa mirara a sus padres y bajara el rostro apenado al ver la preocupación de estos.

— P-pero Lisa no puede controlarse... Es como si no fuera ella... Como si no fuera yo — habló con voz baja sintiendo la caricia de Jennie en su mejilla.

Jennie le regaló una sonrisa comprensiva, los padres de la rubia no sabían que decir o hacer, era la primera vez que veían a Lisa calmarse a los dos minutos con solo una caricia, así que dejaron que Jennie actuara.

— Cuando te sientas igual, trata de hacer respiraciones lentas así como lo hicimos hace unos minutos ¿Recuerdas? Si quieres gritar, o sientes aquella ansiedad, trata de pensar en cosas bonitas...

— En Jennie... — interrumpió Lisa y Jennie rió.

— O en mi, pero no le grites a tus padres, yo sé que puede ser demasiado difícil para ti pero trata de controlarlo porque ellos no lo merecen... Piensa en todas las cosas que ellos han hecho por ti... — los señaló y Lisa siguió su dedo.

Ahí vio el rostro de sus padres quienes, a pesar de haberles gritado, la veían con cariño.

Lisa dejó a Jennie y caminó hasta sus padres jugando con sus dedos aún doliendole aquella herida.

— Mamá... Papá... Lisa... Yo lo siento — se disculpó sinceramente y rápidamente sintió un par de brazos sobre ella haciéndola tensarse por tan repentino acto, pero se relajó al escuchar la voz de su madre en su oído.

— No tienes porque disculparte, Lisa... Nosotros te entendemos...

— Sabemos que no lo haces con intención cariño, pero me alegra que sepas reconocer tus pequeños errores... — Siguió Daniel.

Jennie veía la escena con tanto amor antes de que se separaran del abrazo y le hablaran a ella.

—  Y gracias a usted abogada, a sido de gran ayuda en nuestra hija.

— Así es ¿Cómo podemos pagarle su dulce gesto?

A Jennie le creció una sonrisa al saber como.

— Pues... Me gustaría que me dejaran pasar más tiempo con su hija....

Lisa aplaudió mientras el matrimonio Manoban la veían con sorpresa.

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— Tranquila Lisa, vamos respira conmigo... — repetía Jennie luego de que Lisa se sentara al lado de ella en aquella mesa del restaurante.

Verdaderamente el lugar era demasiado ruidoso en especial por los cristales chocando.

— No es una buena idea estar aquí, abogada... — siguió Jihyo mirando preocupada a su pequeña.

Jennie había invitado a ambos también.

— N-no, Lisa... Yo estoy bien — respondió la rubiecita llamando la atención de todos en la mesa — Mamá... ¿Lisa... Yo puedo comer hamburguesas? — preguntó ya más calmada.

Sus padres se preguntaban como era que su hija estaba soportando aquel lugar tan ruidoso, lo que no sabían es que Jennie había tomado la mano de la menor debajo de la mesa y acariciaba con su pulgar la extremidad de la rubia logrando así que este tranquila con tal dulce gesto.

— Pero en el menú no hay hamburguesas, hija pide otra cosa ¿Sí? — siguió Daniel ya que Jihyo no podía hablar al ver como su hija pareciera otra persona y este esperó el grito exigente de su hija.

Lisa si quiso gritar de nuevo para exigirle al no tener las hamburguesas que ella quería. Pero pensó en las palabras de Jennie dichas anteriormente y, sintiendo esa caricia debajo la mesa, respiro profundamente tal y como lo dijo la coreana.

— Está bien... Entonces Lisa quiere...

— Pide la hamburguesa, mi vida, no te preocupes yo haré que te sirvan lo que tu quieras — Jennie le dijo con cariño a lo que Lisa aplaudió contenta y le regaló un beso en la mejilla a su mayor.

Los padres de la rubia se miraban en shock, no sabían si estaban así por que Lisa no les gritó exigiendo algo, si por el "mi vida" de Jennie o por aquel tierno beso en la mejilla de la pelinaranja.

Definitivamente era por los tres y comprendieron que la llegada de la abogada iba a ser buena para Lisa.

Autistic | Jenlisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora