Capítulo 6

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Jihyo y Daniel no sabían que hacer, estaban teniendo un ataque de rabia al no encontrar a su pequeña Lisa.

— ¡Esto es tu culpa! ¡Tu le diste el dinero! — lloraba Jihyo.

— ¡Pero tu estabas cerca de ella! ¡Pudiste verla salir! — seguía Daniel también con los ojos rojos.

Discutían sin sentido con los celulares en mano queriendo llamar a la policía al haber buscado en todo el barrio y no encontrar a la rubiecita.

— Daniel, si algo le pasa a mi hija te juro que.... — sus palabras se cortaron al recibir una llamada al celular en mano — Ahora no estoy para llamadas estúpidas — dijo cortando cuando vió un número desconocido.

— ¿Estás loca? Puede ser de Lisa! — reaccionó Daniel y Jihyo abrió sus ojos lamentándose al darse cuenta que su esposo tenía razón.

Pero ahora el celular de Daniel fue el que sonó por el lugar.

— ¡Rápido! ¡Contesta! — Daniel asintió nervioso mientras Jihyo se limpiaba las lágrimas, algo en su intuición le decía que era de su pequeña.

— ¿Sí? ¿Diga? — abrió la llamada también nervioso — Si, Daniel Manoban soy yo — respondía pero de pronto su rostro se fue tornando de preocupación y tristeza, su esposa notó aquello.

— D-aniel... ¿Q-ué pasa? — dijo nerviosa.

— ¿M-mi hija está en el hospital? — siguió el con el rostro lleno de preocupación sin esperar el grito de su esposa.

— ¡¿Qué le ocurrió a mi Lisa!? — lloraba sin control alguno.

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— ¡L-isa no quiere! ¡No! ¡Déjenme! ¡Lisa no quiere! — se desesperaba la rubiecita mientras era tomada de los brazos por dos enfermeros.

Eso le estaba provocando un ataque y el doctor no hacía nada para detenerlo mientras la tailandesa estaba bañada en sudor por el forcejeo ya con sus brazos rojos y la sangre brotando del saco de Jennie manchaba la camilla.

— Lisa, cálmate, solo es anestesia para poder coser tu mano.. — explicaba el médico intentando inyectarla mientras la menor seguía forcejeando en esa cama.

— ¡Lisa no quiere inyección! ¡Lisa no quiere que le cosan la mano! — lloraba tirando de sus brazos mientras los enfermeros la apresaban sin saber que le estaban haciendo daño — ¡Ustedes son malos! ¡Lástiman los brazos de Lili!

— Lisa calma, si no lo haces tendremos que dormirte — seguía el doctor intentando inyectarla.

Sin saber que eso desesperaría más a la rubiecita.

— ¡No! ¡Jennie! ¡Lisa quiere a Jennie! — lloraba fuerte — ¡Lisa quiere a su gatito! ¡Jennie! ¡Lisa quiere a Jennie!

Tan fuerte era su llanto que llegó hasta los oídos de una pelinaranja en la sala de espera.

— ¿Lisa? — se extrañó abriendo sus ojos , los tenía cerrados apoyando su cabeza en la silla mientras esperaba alguna noticia de la tailandesa.

— ¿Qué ocurre, Jen? — preguntó su madre, sus hermanas y sus cuñados se habían ido a almorzar y luego regresarían, pero Hyuna decidió quedarse al lado de su pequeña aunque esta le dijo que vaya con sus hermanas.

— No lo sé, parece que — y de nuevo aquel llanto llegó a sus oídos junto con su nombre — ¡Lisa! —  y corrió buscando a su rubia mientras su corazón latía adolorido escuchando aquellos fuertes sollozos provenientes de la menor.

— ¡Jen, espera! — pero fue inútil para Hyuna, su hija ya había desaparecido.

— ¿Qué le ocurrió a Jennie? — llegó Dawn de repente y Hyuna suspiró.

Autistic | Jenlisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora