19. secuestrada 🖋️

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Narra Jeysi

Me despierto en un lugar oscuro, con un horrible dolor de cabeza.
Me muevo y siento que estoy recostada en algo duro, llega un olor a humedad.

¿Dónde estoy? Me pregunto.

Me levanto, cuando mi vista se adapta a la oscuridad, veo una pequeña ventana con barrotes de metal, me levanto y voy hacía ella, al asomarse por la ventana veo que afuera también está oscuro, solo alumbra la luz de la Luna muchos árboles es lo que se ve alrededor.
Camino hacia la puerta y está cerrada, ¿quien me trajo aquí?

No aguanto tanto miedo, tanta angustia que empiezo a llorar, pasan los minutos o quizás horas, no lo sé, pero cuando empieza el amanecer escucho voces y luego veo que la puerta se abre.

- ¿Mi amor cómo te sientes?- Me preguntó un sonriente José.

Me levanto del piso, donde me encontraba sentada y me abalanzó sobre él.

- Desgraciado, por qué me haces esto - le digo mientras lo golpeó en el pecho.
Él me tomó de las muñecas y me aprieta muy fuerte.

- Cálmate, si no quieres que me moleste y créeme te va a ir mal - me dice y me mirá con una mirada tan fría que me congela en el acto y hace que retroceda.

- Así está mejor mi amor. Ya estamos juntos como debe ser - se acerca y me toca la mejilla, yo me alejó lo más rápido que puedo.

- José yo me quiero ir, déjame ir con Josué y Derek.

- Una cosa es lo que quieras tú y otra muy distinta lo que se va a hacer - me dice mientras se acerca más a mi y me toma por la cintura.

- José yo..., Necesito un tiempo para adaptarme - le digo rezando internamente para que me crea.
Me parece que está fuera de sí y no debo llevarle la contraria.

- Está bien Jeysi - me besa en la mejilla y se aleja.

Mientras yo me calmo para no empujarlo y gritarle.

- En un rato te traen el desayuno ñ, mi amor - me dice José, Sale y cierra la puerta, yo me dejó caer y empiezo a llorar.

Un rato después entra un hombre de unos 40 años muy fuerte con una cicatriz en la mejilla izquierda, con un plato con pan y mermelada y una botella de agua.
La deja en un lado de la puerta y se va.

No me muevo de mi sitio, no tengo hambre todo lo contrario tengo ganas de vomitar.
Luego de unas horas, entra José a mí celda, porque ahí es donde me tienen, en una inmunda celda. Ve el plato al lado de la puerta con la comida intacta y arruga su frente.

- Tienes que comer mujer - me dice muy molesto.

- No tengo hambre - es lo único que digo.

El se acerca y me tomó del cabello y me lleva hacía el plato de comida.

- ¡COME! - tomó el pan con mi mano temblorosa y lo llevó a mi boca.
- Ves qué fácil es - se retira nuevamente.

Me como el pan y tomó el agua, aunque estoy asustada me siento con un poco más de fuerza, creo que será mejor no llevarle la contraria y también tengo que mantenerme fuerte si quiero salí de aquí.

Los días pasan y yo sigo encerrada en esas cuatro paredes, una vez al día viene el hombre de la cicatriz y me lleva a un baño donde me espera afuera mientras yo hago mis necesidades y me baño.
En cuanto a la comida recibo dos platos de comida al día.
José viene de dos a tres veces al día, solo entra me ve, a veces me abraza, otras me besa, pero no ha intentado nada más.

En todos los años que estuve viviendo bajo el mismo techo que José jamás me imaginé que él pudiera estar tan mal de la cabeza como para secuestrar a alguien, pero creo que jamás lo llegué a conocer cómo es realmente.
Yo estaba completamente ciega, ahora la pregunta es, hasta dónde podrá llegar José, esperó por mí bien que no se convierta como esos psicópatas que salen en la televisión en los programas policiales.

𝕄𝕚̀ 𝕊𝕖𝕘𝕦𝕟𝕕𝕒 𝕆𝕡𝕠𝕣𝕥𝕦𝕟𝕚𝕕𝕒𝕕💘  (Culminada)Where stories live. Discover now