Lee MinHo y Han JiSung son mejores amigos que están perdidamente enamorados del otro, sin embargo, tienen un miedo terrible a confesar sus sentimientos por miedo a arruinar su hermosa amistad. Para desgracia de ambos, justo cuando iban a dar el prim...
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Dos meses después
MinHo jadeaba y sus pulmones ardían mientras que subía rápidamente las escaleras de dos en dos para llegar más rápido, probablemente era más fácil esperar el ascensor, así tendría que hacer menos esfuerzo físico pero eso le importó una mierda, no tenía tiempo que perder y sentía una fuerte urgencia de llegar a su destino.
"Apresúrate" ordenó su lobo, completamente ansioso "Tenemos que verlo, ¡apresúrate!"
Se llevó miradas molestas de parte del personal del hospital, también de algunos pacientes y visitantes por estar corriendo, no obstante, los que llevaban más tiempo internados en el lugar no tardaron en reconocerlo como el chico que todos los días va a la habitación 325. Desde que ocurrió el maldito accidente, no ha habido ni un sólo día en el que no fuera a visitar a JiSung, quien había permanecido en coma por dos meses hasta hace casi una hora.
Cuando lo llamó Chan, informando que Han había despertado, justo estaba de visita donde una tía porque sus padres le pidieron que se despejara un poco, al principio estuvo muy reacio, sin embargo, después lo agradeció porque la casa queda cerca del hospital. Lee no lo pensó dos veces antes de comenzar a correr para llegar a la habitación de JiSung y ver a su mejor amigo con sus propios ojos, había sido un golpe duro verlo en la camilla, conectado a un montón de máquinas y con la incertidumbre de si despertaría, los doctores decían que los resultados eran inciertos y solo había que esperar a que Han despertara, claro, si es que en algún momento lo hacía.
Las madres del omega con aroma a vainilla se encontraban bien, Jennie se culpaba todos los días por lo sucedido, decía que por su culpa su hijo estaba internado y la encargada de desmentir aquello era JiSoo, su pareja. El accidente ocurrió por un auto que apareció de la nada y no respetó el semáforo en rojo al estar en estado de ebriedad, el vehículo justo impactó la parte trasera, específicamente donde JiSung iba sentado y el resto era historia.
En esos meses transcurridos las heridas físicas de las madres de Sung fueron sanando, no obstante, las heridas emocionales eran más intensas que nunca, atravesaban un dolor constante gracias al estado en que se encontraba su único cachorro y sus esperanzas habían decaído poco a poco hasta que los llamaron del hospital, informando que JiSung había despertado.
MinHo llegó al piso correspondiente, sintiendo la emoción recorrer todo su cuerpo al pensar en que por fin podría ver a su chico, podría ver esos hermosos ojitos brillantes, esa radiante sonrisa y apretaría esos mofletes mínimo cien veces en un minuto.
Vio que Felix, Chan, ChangBin y HyunJin estaban afuera de la habitación del menor, no pudo pasar por alto las miradas afligidas que estos le dedicaron, mas no pudo importarle menos, después indagaría para saber qué sucede, ahora debía preocuparse de JiSung. El alfa dio rápidos pasos y su alegría aumentó al notar que la puerta de la habitación estaba abierta, podía escuchar algunas voces pero no lograba distinguirlas. Eso no importa ahora, debía ver a su Sunggie, a su pequeño bebé.